Este domingo 27 de septiembre, se rindió por parte del gobernador del estado, Francisco Domínguez Servién, el quinto informe de labores en lo que va de su administración.

Dentro de las actividades anunciadas, el titular del Ejecutivo puso énfasis en las obras públicas que su administración ha ejecutado, obras que si bien son benéficas para la población y el desarrollo del estado, forman parte de proyectos anteriores que, tal vez, se concluirán al terminar su sexenio. Muchos de estos proyectos ya habían sido anunciados, como la construcción del estadio olímpico, el estacionamiento subterráneo que operará en avenida  Zaragoza, así como el hospital general.

De igual forma, el mandatario mencionó la posición que guarda Querétaro en comparación con otras entidades en temas como: combate a la corrupción, transparencia, observaciones de la Entidad Superior de Fiscalización, deuda pública, entre otros.
Sin embargo, lo que realmente nos mantenía interesados, era la forma como se había enfrentado la pandemia.

Cabe decirlo, en varios momentos del discurso se apeló al sentimiento, a las emociones y la esperanza. La pandemia ha traído mucho dolor y zozobra, desesperación y angustia, por lo que, en cierta manera, creo que no hubo nadie, ni en el recinto ni en casa, que no se identificara con las palabras que expresó el gobernador.

Pero más allá de eso, lo que interesaba revisar eran las acciones realizadas, esto es, ¿Qué se había hecho en la pandemia y si ello había dado resultados?

El titular del Ejecutivo informó que se repartieron alrededor de 500 mil apoyos alimentarios (despensas), 60 mil apoyos en dinero, con 4 mil pesos cada uno para aquellos que habían perdido su empleo, y alrededor de mil 500 empleos temporales a través del programa “Vecinos vigilantes”. Se brindó orientación psicológica, se dio la reconversión hospitalaria y se aplicaron pruebas para detectar posibles infectados.

Acciones que, si bien es cierto son positivas, terminan siendo inacabadas, pues las repercusiones de la pandemia han sido devastadoras y el alcance de los programas está muy acotado a un grupo muy pequeño de beneficiarios.

Y es que, algo que ha reiterado el gobernador es la disciplina de su administración en el manejo de las finanzas; sin embargo, también lo es que estamos viviendo momentos drásticos que requieren decisiones y acciones extraordinarias, por lo que cabe preguntarse ¿hasta qué punto es conveniente ser austeros, cuando la población está muriendo o perdiendo su ingreso?

Asimismo, en el informe se dejaron de lado varios pendientes, como el combate a la violencia de género, la mejora en el servicio del transporte público, dado que solo se habló de la construcción de un eje estructurante y, qué decir de los rezagos en materia de infraestructura de agua potable y drenaje.

Estos y otros aspectos del informe nos llevan por un sendero claro-oscuro, pues por un lado se reflejan avances en varios proyectos de obra pública, pero por otro, nos dejó un sabor de boca incompleto, inacabado, sobre todo en el tema de la pandemia, muchos consideramos que se pudo haber hecho más…

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