Estamos en medio de una crisis de salud mundial sin precedentes por el Covid-19, sin embargo, antes de eso en México se venía gestando otra crisis de salud por algunas decisiones del actual gobierno respecto al “combate a la corrupción y a los oligopolios” en el sistema de compras de medicamentos. Esta segunda crisis tiene que ver con el desabasto generalizado de medicamentos en el país.

En Impunidad Cero y Justicia Justa hemos seguido de cerca el desabasto de medicinas en la actual administración, después de que publicamos en marzo una investigación sobre el uso de empresas fantasma para desviar recursos del sector salud. Al hacer las recomendaciones sobre el tema, recibimos varios comentarios respecto a que era importante analizar el desabasto en el país.

Uno de los temas poco entendidos respecto al desabasto que existe en el país, tiene que ver con el rol que tienen las grandes distribuidoras de medicamentos. Debido al porcentaje de licitaciones que estas empresas obtenían en las compras consolidadas de medicamentos, el gobierno federal concluyó que constituían un oligopolio que tenía que ser enfrentado vetándolas de hacer compras con el gobierno.

Esta semana se firmó un decreto entre el gobierno federal y la UNOPS para poder adquirir medicamentos en el extranjero aduciendo que con esto se tendrá mayor transparencia en el proceso de compra. El problema es que aunque en la firma de este decreto se anunció que la compra de medicamentos será transparente y sin prácticas de corrupción, un problema sigue presente: la incapacidad del gobierno de distribuir los medicamentos a todos los rincones del país con las condiciones que el transporte de insumos médicos requiere. La colaboración con la UNOPS sólo contempla la parte de comprar los medicamentos que se requieran. El tema de distribución no está contemplado en dicha colaboración.

Construir una red de distribución nacional de medicamentos dadas las características de nuestro territorio no es cosa fácil, ni barata, ni rápida. Se debe contar con camiones, muchos de ellos refrigerados, almacenes, personal capacitado para hacer el traslado, sistemas de seguridad que permitan que las medicinas sean recibidas en los lugares más remotos y una red logística que asegure que estos medicamentos lleguen de acuerdo con las necesidades de cada instituto de salud federal y estatal. No se traslada un paquete de aspirinas, se coordina la distribución generalizada de insumos médicos por zonas para que no salga tan cara la distribución. Se puede querer tener una red de distribución nacional, pero esto no se logra de la noche a la mañana.

Si el problema que el gobierno federal identificó en el sistema de salud era el de un oligopolio respecto a las distribuidoras y grandes farmacéuticas, la solución no era vetarlas, sino abrir el mercado a otros competidores. Si el problema era un tema de posibles actos de corrupción y falta de transparencia en estos procesos se tendrían que abrir investigaciones concretas y sancionar a los funcionarios responsables, lo cual no excluía la posibilidad de que la UNOPS acompañara estos procesos, pero sin que fueran ellos los encargados de comprar todas las medicinas.

En Impunidad Cero hemos dado seguimiento a irregularidades, corrupción e impunidad en el sector salud desde 2017 publicando 4 investigaciones al respecto e interponiendo 64 denuncias penales en conjunto con Justicia Justa. En todas nuestras publicaciones hemos identificado distintas problemáticas, pero también propuestas para solucionarlas. Ninguna plantea desaparecer programas o instituciones enteras. Siempre hemos considerado que si hay una práctica de corrupción en algún sector, la solución tiene que ser investigar y sancionar a los funcionarios responsables. Las instituciones no cometen actos de corrupción, las personas sí. Se podrán desaparecer instituciones, pero estos funcionarios irán a otro lado a seguir con las mismas prácticas corruptas. Con esta medida se nos promete transparencia en la compra de medicamentos, el problema es que dado el tema de distribución, estos insumos llegarán a una aduana y caducarán sin que lleguen a las personas que tan urgentemente las necesitan.

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