En esta ocasión, la Copa Mundial de la FiFA Qatar 2022 no solo es protagonista del gran espectáculo futbolístico, irrumpe, también, como escenario del debate en torno a los derechos humanos.

La preparación del escenario en Qatar para recibir a los aficionados del futbol estuvo marcada por el maltrato a los trabajadores migrantes que colaboraron en la construcción de los estadios que servirían de escenario para el Mundial de Fútbol 2022. Particularmente, el número de muertes provocadas por accidentes laborales constituye una acción inhumana inenarrable.

Según cifras presentadas por el periódico británico The Guardian, el número de trabajadores migrantes que perdieron la vida podría ascender a 6,500 desde 2010, año en el que Qatar fue elegido sede oficial para celebrar el Mundial 2022.

Amnistía Internacional documentó ocho formas de explotación que sufrieron migrantes procedentes de Sri Lanka, Kerala, Bangladesh, India, Pakistán, Sudán, África, Filipinas y Nepal. Elevadas comisiones de contratación, terribles condiciones de vida, mentiras sobre el salario, retrasos en el pago de los salarios, impedimentos para abandonar el estadio o el campamento, imposibilidad de salir del país o cambiar de trabajo, amenazas y trabajo forzoso.

Lo sucedido con los trabajadores migrantes en Qatar representa una de las formas más acabadas de la esclavitud en el siglo XXI. La mayoría fueron expuestos a trabajos de peligro extremo, mal pagados y en condiciones de calor inhumanas.

Datos contrastantes muestran el lado espantoso de un hermoso deporte: 900 millones de dólares (mdd) ortorgados a la empresa Six Construct, destinados a la remodelación del estadio Jalifa; 35 mdd para Eversendai, principal subcontratista del estadio Jalifa; 2 mil mdd de ingresos de la FIFA en 2014; y, 220 dólares, el salario mensual de los hombres que trabajaron en el estadio Jalifa.

Sin embargo, el abuso sobre las personas que buscaban trabajo en Qatar tuvo lugar desde su país de origen. La cifra pagada por 1.7 millones de trabajadores a las agencias de contratación para conseguir trabajo en la preparación de los estadios para albergar el Mundial de Futbol 2022, osciló entre 500 y 4,300 dóláres.

La inauguración de la Copa Mundial de la FIFA Qatar 2022, dejó en el olvido las desgracias sucedidas en el terreno del juego. Quienes dejaron a sus familias con la esperanza de lograr recompensas económicas en uno de los países más ricos del globo, gobernado por una de las monarquías más poderosas del Golfo Pérsico, donde el Producto Interno Bruto (PIB) alcanza uno de los niveles más elevados del mundo, muchos trabajadores migrantes no volverán nunca a casa. Y, muchos otros, regresarán endeudados, llenos de tristeza y frustración.

La Copa del Mundo, un torneo futbolístico que une a la población del planeta en torno a goles espectaculares y celebraciones coreografiadas, hoy se convierte en un escenario atravesado por polémicas y controversias de derechos humanos. La muerte de 6,500 trabajadores inmigrantes quedará marcada como un agravio imborrable del Mundial de la FIFA Qatar 2022.

Doctorada en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM y Posdoctorada por la Universidad de Yale

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