Se presentó el esperado calendario para el regreso a la nueva normalidad, basado este en un semáforo donde todas las entidades aparecen hoy en rojo, que significa riesgo máximo de contagio, excepto una, Zacatecas, que aparece en color naranja, lo que permitiría, a partir del lunes 1 de junio, la apertura de algunas actividades no esenciales y espacios públicos de manera limitada. El color de cada entidad se revisará semanalmente para cada entidad. Sin embargo, cada gobernador tiene su manera de evaluar los riesgos y los tiempos para reincorporarse a esa nueva normalidad. Se trata no sólo del semáforo sanitario sino también del semáforo económico y sin duda de los diversos semáforos políticos hacia las urnas en el 2021 y el 2024,

La comunicación entre los gobernadores y la federación no ha sido tan fluida ni constante como se hubiera esperado dada la gravedad de la pandemia que está golpeando fuertemente al país, poniendo en riesgo la salud y la vida de los mexicanos, mientras que millones de industrias y comercios agonizan.

Los tiempos de la reapertura han divido incluso a los partidos. Está el caso de los mandatarios panistas, los gobernadores de Chihuahua, Durango, Baja California Sur, Tamaulipas, Quintana Roo y Yucatán, se pronunciaron por esperar más ante la posibilidad de reabrir actividades como las de las industrias de la construcción, minería y automotriz, en tanto que Aguascalientes, Guanajuato y Querétaro, por la composición de su economía, se pronunciaron por reactivarlas.

Por el lado de Morena, Miguel Angel Barbosa, gobernador de Puebla, sede de las plantas Audi y VW, anunció que, a pesar de que la federación había incluido a ese sector como actividad esencial, este no abriría sus plantas el 1 de junio, ya que no hay condiciones en ese estado.

En el occidente del país, Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, le reiteró a la federación respeto y coordinación pero no sumisión, afirmando que las decisiones serán locales. En tonos similares, están Coahuila de Miguel Riquelme, Colima de Ignacio Peralta y Michoacán de Silvano Aureoles, Se acusa de que ni los estados ni municipios fueron consultados ni en la estrategia previa a la “sana distancia” ni en esta que se acaba de anunciar.

Al ser la federación quien marcó la pauta estableciendo los semáforos, también genera un referente en lo político. De acuerdo con diversas encuestas, el manejo de la crisis hecho por el propio presidente y su equipo es aprobatorio, por lo que cualquier paso en falso que se tome a nivel local que pudiera disparar contagios de manera sensible, sería ya a cargo de los mandatarios locales, que absorverían el costo político, a la vez que tanto gobernadores como alcaldes tienen la presión del otro semáforo, el económico, ya que no hay negocio ni cartera que aguante un cierre de actividades tan largo. El riesgo y la responsabilidad pasaría a los gobernadores y alcaldes, quienes deberán ser muy hábiles, para que, a la par del semáforo sanitario del gobierno federal, manejen el suyo propio en sus estados, mientras marabarean con sus propios semáforos económicos y políticos.

Notario y Maestro en Políticas Públicas@AMaximilianoGPmaximilianogarciap@gmail.com

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