Los saludo y espero que sea un agrado leernos, les cuento que me lancé al asfalto de cemento como parte de esta hermosa profesión de cubrir la noticia y en mi quehacer periodístico, me llevé una gran sorpresa al encontrarme con más de tres mil personas en su andar peregrin,  en busca del sueño para lograr una mejor vida rumbo a los Estados Unidos.

Dentro de toda esa mala onda y pesadumbre, me atreví a preguntarle a la gente sobre sus gustos musicales, y si en el andar de La Bestia escuchan algo de eso; me llevé una sorpresa placentera, pues Mainor, un tipo de gesto rudo, con fuerte olor a batalla y sufrimiento, me dijo que era fan de José José y de todos sus éxitos, tales como “La nave del olvido”, “El triste”, “Gavilán o paloma”, pero eso no fue realmente lo que me asombró, sino que aseguró, los disfruta en voz de Héctor Quijada y la poderosa Lupita, además me confesó que en su juventud —era una persona de más de 40 años—, se la pasaba rokcanroleando con toda su pandilla y de esa manera conoció a su mujer, con quien se casó;  ahora busca una nueva oportunidad de vida en  Estados Unidos.

Seguí así con mi proceder, pues tenía que presentar hechos y notas de mi trabajo sobre la migración; conocí a una chica de nombre Suyapa, de cabellera medio rubia y pelo “colocho”, como le llaman los hondureños a las personas de cabello chino; a simple vista parecía que le gustaba la “Sopa de caracol” y mover el bote, pero ¡cuál sería mi sorpresa!, cuando me dijo que una de sus bandas favoritas era  La Maldita Vecindad y estaba enamorada de Roco y de su singular estilo; era tanto su agrado por él, que se hizo fan del pachuco del barrio Tin Tan y de un disco de covers donde los “malditos” interpretan rolas de Tin Tan y Marcelo, al más puro estilo que se les conoce, también me habló de los cafetos y Los Amantes de Lola, entre otras grandes bandas mexicanas.

Me acerqué también a un señor que ya tenía sus años encima, pero los sueños al rojo vivo. Me dijo que le gustaba mucho el rock, pero que no se identificaba con los ritmos de gritos y bailes donde golpean —refiriéndose al slam—, pero aseguró ser fan del rock and roll clásico de Elvis Presley y Bill Halley and the comets, pero para él, el rey era Chuck Berry, dijo y comenzó a tararear la canción “Johnny B. Goode”. Confesó también que lo que siempre amó fue bailar y deseó poder volver a hacerlo pronto, para nunca parar.

De esta manera me di cuenta que los sueños son importantes y que ante las adversidades nunca hay que ceder o dejar de soñar, en este andar de miles de kilómetros para conquistar la tierra de las oportunidades.

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