En días pasados se realizó, la llamada marcha del silencio convocada por medio de redes sociales. Amable lector, solicito su comprensión para abordar este tema y dejar la línea central que hemos manejado en razón de la importancia de la expresión del pasado domingo.

Esta manifestación en contra de algunas de las acciones de gobierno y de la forma en que se están tomando las decisiones, provocó una serie de reacciones entre analistas y redes sociales. Esto, debido a las consignas que expresaron varios integrantes de las protestas.

La protesta no es desdeñable, muchos estamos preocupados por las medidas del gobierno, aunque no hayamos asistido a la marcha; hay razón en algunos reclamos, las realidades son latentes, recortar lujos y excesos nada tiene que ver con despidos masivos e indiscriminados en la administración pública, la inversión en protección ambiental cayó 84%; en transporte, 78%; en seguridad, 35% y, en salud, más del 19 por ciento; hasta al Sistema Cutzamala, del cual depende la vida cotidiana de varios millones, o el Meteorológico Nacional, están en crisis presupuestal y un crecimiento desplomado en el primer trimestre (-0.2). El retiro del apoyo económico a las estancias infantiles, la cancelación del aeropuerto en Texcoco y el arranque sin proyecto del de Santa Lucía, el desempleo en que ha quedado alrededor de medio millón de personas, los proyectos de la refinería en Dos Bocas y el tren maya.

No se aprueba la forma de actuar del gobierno y su aceptación va a la baja. La encuesta de GEA-ISA de marzo sobre la gestión del gobierno federal, puso a la seguridad como el tema de mayor preocupación de los mexicanos (46%). La segunda de mayor interés fue el de la economía (35%), que al sumarse mostraron que ocho de cada 10 mexicanos están enfocados únicamente en esos dos temas. Los indicadores muestran un deterioro agudo.

Sin embargo, esta manera de expresarse, sin rostro visible, debe llevar una dirección, un objetivo, pues de no alcanzarse este, quedaría en una mera frustración en contra de la forma de accionar del gobierno, y será una marcha más en la que no se llega a resultados.

La falta de estructura social se manifiesta no solo en la capacidad del gobierno para administrar, sino también en la falta de organización política, ya comentábamos en artículos anteriores, no hay oposición, la sociedad con su diversidad y pluralidad de ideas debe organizarse, pues su ausencia en el país facilita el camino del autoritarismo y el poder total.

La participación de los ciudadanos es el punto clave de un buen gobierno, necesitan estar informados y bien organizados. Es necesario fomentar las relaciones políticas entre diversos actores involucrados en esta marcha de la inconformidad, en donde la competencia y cooperación coexistan como reglas posibles; y que incluya instituciones tanto formales como informales.

También nos lleva a la reflexión de que cada entidad federativa es diferente, hubo manifestaciones, pero todas de forma distinta; cada estado toma decisiones según sus circunstancias. A estas diferencias hay que darles sentido.

La forma de interacción entre los diversos actores debe expresar y reflejar la inconformidad de las personas y diversos sectores sociales que se expresaron el pasado domingo. La marcha en sí misma no puede considerase anticipadamente buena o mala, sus resultados los veremos al final cuando se logre cohesionar la señalada inconformidad y los ciudadanos se organicen para expresar su voluntad por encima de los partidos políticos en la jornada electoral del año 2021.

Esa será la oportunidad y ninguna otra mejor.

Expresidente municipal de Querétaro y exlegislador federal y local. @Chucho_RH

Google News