El cerebro humano funciona de maneras extraordinarias: un aroma nos permite recordar momentos de nuestra infancia, las notas de una melodía nos hacen viajar al lado de aquella persona especial. Con los ojos cerrados podemos “ver” mil y una imágenes que hayamos percibido anteriormente, aun cuando haya sido sin intención.

Ese almacén de imágenes, sonidos, sabores, texturas y olores que adquirimos a través de los sentidos, queda permanentemente en nuestra memoria, cuya capacidad todavía no ha sido posible calcular; no hay computadora ni memoria hecha por el humano que logre almacenar tanta información como nuestro cerebro.

Además, algo que tenemos las personas y que será muy difícil se logre replicar en las computadoras, es la imaginación. Decía Santa Teresa de Ávila, que “la imaginación es la loca de la casa”, expresándose así por los brincos que tenía su mente a ideas ajenas al momento de oración que vivía en ese momento. Y sí, la imaginación puede hacer muchas cosas que nos pueden sorprender.

Decía  el filósofo e historiador David Hume que no hay “nada más libre que la imaginación”, y en efecto, podemos viajar a cualquier parte del mundo, o a un mundo irreal. Podemos tener conversaciones con cualquier persona, e incluso con cualquier ser que la propia imaginación decida crear con la información que ha recibido.

Por su parte el escritor  George Bernard Shaw nos hace notar que la imaginación es “el principio de la creatividad”, pues se comienza con imaginar lo que se desea, y de ahí partimos a crear lo que queremos. ¿Cuántas veces no hemos fabricado un artilugio para una situación específica? ¿De dónde nacen tantos inventos, si no es de la imaginación que desea resolver una necesidad?

Sin embargo, la imaginación también tiene su lado oscuro; cualquier información que entre en nuestra mente puede ser usada por la imaginación para cualquier cosa. Y es por ello que, los niños pequeños, con la última película de violencia que vieron, viven pesadillas que les parecen muy reales, pues su imaginación es muy vívida y crea situaciones que para ellos pueden ser escalofriantes.

También hay quienes quieren ocultar sus errores o defectos a través de la mentira, y es aquí donde la imaginación les aporta material para mentir eficazmente, tanto, que muchos llegan a considerar reales todos sus argumentos, dejando de asumir su realidad y atender las consecuencias de sus actos y mentiras.

A mí me gusta cómo funciona mi imaginación cuando estoy leyendo un buen libro; no habrá película que alcance a expresar lo que mi mente puede crear con tanta libertad y sin tener límite alguno. Puedo viajar a siglos pasados, puedo ver robots trabajando a la par de los hombres, conocer personajes que sólo existen en mi imaginación.

Imaginar para muchos puede ser un excelente escape, es lo que podemos usar en situaciones de estrés (“imagina estar en una playa, y que escuchas el mar, y a lo lejos, el canto de las aves”), para tratar de resolver problemas prácticos o para crear nuestros propios escritos. Usando nuestra imaginación de la manera adecuada,  podríamos crear muchísimos inventos y formas de ayudar, y al mismo tiempo descubrir la satisfacción que hay en alcanzar un logro a partir de lo que brota de nuestra imaginación.

¿Qué vas a imaginar hoy? ¿Qué podrás crear a partir de lo que produce tu imaginación? Abre tu mente, usa tu imaginación pues es un paso a tu libertad.

Google News