“La historia me absolverá”
Fidel Castro.

Cuando los jóvenes del año 2050 estudien el periodo de Andrés Manuel López Obrador, la historia será cruenta.

López estará enmarcado en la era populista del globo, será un ejemplo de lo que no debió hacerse y de las aterradoras consecuencias que la visceralidad, combinada con la ignorancia, pueden causarle a un país.

De aquí a 30 años, la refinería de Dos Bocas quedará rebasada, seguramente ya habremos construido aeropuertos como los que realmente necesitamos y la sociedad del conocimiento, tengo fe en ello, será dominante.

Eso sí, habremos tirado al caño miles de millones de pesos y muy probablemente aún estaremos pagando, con intereses, las consecuencias del berrinche destructor que nos habrá estancado por algún tiempo.

De aquí a 30 años, los caprichos de los populistas serán estudiados como uno de los periodos más oscuros de la historia contemporánea, nuestro presidente ocupará un lugar deshonroso entre mandatarios como Donald Trump, Jair Bolsonaro o Nicolás Maduro y será recordado por su intolerancia, por sus desplantes a la nación a costa de miles de vidas que se habrían perdido por la miseria, por la violencia o por la negligencia del sistema de salud.

López pasará a la historia como uno de los peores presidentes de México, ocupará un más visible y más negro puesto que el de Carlos Salinas de Gortari o el de José López Portillo… ¿Quién sabe?, quizá sea una figura tan oscura como la que hoy irradia todavía Gustavo Diaz Ordaz.

Al final, sacando cuentas, los muertos de la “guerra de Calderón” palidecerán frente a los muertos por la ineptitud y negligencia de López Obrador.

Al terminar su sexenio, la Cuarta heredará a sus gobernados un país aún más pobre que el que recibió, uno mucho más ignorante, uno mucho más violento y uno mucho más jodido; para 2024, México será menos atractivo para invertir y menos atractivo para generar empleos, para 2024 nuestra historia abrirá un parteaguas de pronóstico reservado.

¿Habremos, entonces, aprendido la lección con más 10 millones de nuevos pobres?, o ¿será que necesitaremos de otros 6 años, tal vez de otros 12?.

Pero, no todo será malo, gracias al desastre que dejará el populismo habremos aprendido valiosas lecciones, podremos construir un nuevo modelo de gobernanza alejado del capitalismo salvaje pero con renovada confianza en la ciencia y los expertos.

Gracias al populismo, quizá sabremos lo que significa “pisar fondo”.

Claro, para eso falta todavía un buen tiempo, mientras tanto habrá que seguir haciendo la crónica de nuestra caída por el abismo.

DE COLOFÓN

Si piensan irse contra el expresidente Felipe Calderón mediante simples declaraciones de Emilio Lozoya, más les vale que traigan una bomba y no un chismerío o van a terminar por fortalecerlo.

En política, jugar a ser oposición cuando eres gobierno es lo mismo que un balazo en el pie.

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