De los nueve estados que renovarán gobernador en unos meses, el que entrega cuentas más positivas es Querétaro.

En el sexenio del priísta José Calzada Rovirosa, la deuda pública se redujo de 2 mil 356 millones de pesos, a mil 658. Casi 700 millones menos.

La deuda per cápita de los queretanos es de 848 pesos, el segundo mejor nivel de todo el país, sólo por debajo de Tlaxcala.

Calzada, que el próximo domingo rendirá su último informe de gobierno, es considerado —por despachos financieros— como un ejemplo a seguir.

Querétaro es el octavo lugar en recaudación de impuestos y ha crecido a un ritmo de 6% anual. Hubo un año que rebasó el 7%. Un crecimiento parecido al de China.

Sus finanzas sanas han permitido que en los últimos seis años haya pagado sus deudas sin contratiempos, eficientando su operación.

El gran reto para el nuevo gobernador panista, Francisco Domínguez Servién, será mantener ese buen desempeño económico.

Manuel Alcocer Gamba, un viejo conocido del gobernador electo, será el nuevo secretario de Finanzas y el vigilante de que las arcas queretanas mantengan la solvencia que hoy tienen.

Alcocer Gamba ya ocupó ese puesto en el sexenio de Francisco Garrido.

Ahí enfrentó retos. Recordemos que desde esa oficina salió el dinero para la primera compra del equipo Gallos Blancos a extraños personajes de Jalisco; cuando también era secretario de gobierno Alfredo Botello, en el Pancho Team.

Fuera de Querétaro, los otros ocho estados que renovarán gobernador tienen graves problemas económicos

Dentro de unos meses estos nuevos gobernadores se encontrarán una incómoda herencia que les dejan sus antecesores: una grave deuda pública.

Además enfrentarán un año con “presupuesto base cero”, lo que quiere decir que habrá poco dinero para hacer obra pública y grandes proyectos sociales sin justificación.

Nuevo León es el caso más patético, debe 103% de los ingresos que tendrá.

El Bronco, será muy independiente, pero también... muy endeudado.

O Sonora, que es el noveno estado más endeudado del país. Su deuda pasó de 11 mil millones a 20 mil millones de pesos.

En Querétaro, por el contrario, Pancho Domínguez arrancará su sexenio inaugurando obras públicas por unos 500 millones de pesos, y encontrará en caja chica... con la suficiente liquidez para garantizar un inicio confiable, una transición madura y un cambio con rumbo.

Ahora sí que Pancho, con la ejemplar disciplina financiera que tuvo Calzada, dará un sólido primer paso en palacio de gobierno cuando se siente en esa silla, en ese escritorio frente a la recámara de la corajuda Corregidora. Un recinto donde se teje la historia.

Pancho, al que hoy le sobran amigos y solicitudes de empleo, arranca con el suficiente respaldo financiero para empezar inaugurando obra pública.

Pancho entrará sobrado: por las palmadas, por los abrazos y las sonrisas que hoy lo asaltan en cada esquina.

Por muchos amigos muy leales que aguantaron a pie firme vendavales y vacas flacas (Luis Bernardo Nava, Marco Del Prete, Tonatihu Cervantes, etcétera).

Por los “neo-panchitos” que se subieron just in time al tren que iba al rancho de Huimilpan (Alfonso Gonzales Rivas, Jesús Iturralde).

Por panistas “oportunos” que sólo se aparecieron en su celebración (Armando Rivera, Lupita Murguía, Francisco Garrido); por otros duros que llegaron al rescate (Alfredo Botello).

Por otros más que le esquilmaron el apoyo. Que no creían, que lo dejaron plantado en la fiesta de Balvanera, que se negaron a alzarle la mano en público, que usaron a Santiago Creel como intermediario para “entenderse”, que no le contestaba el teléfono ni el whatsapp, pero que hoy presumen el triunfo en los podiums nacionales (Ricardo Anaya).

Pancho tiene todo eso a favor, y enfrente la responsabilidad innegable e histórica de corresponder y cumplir a los cientos de miles de queretanos que lo vieron como el mejor candidato y que esperan sea el gran gobernador que se merece la historia de este bendito Querétaro...

Periodista.

@PedroPabloTR

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