Un extraño malestar recorre estratos diversos de las fuerzas armadas, que se radican en aparentes acciones de la Secretaría de la Función Pública (SFP), encabezada por Irma Eréndira Sandoval, a la que se señala de permitir que varios de sus subordinados estén llevando a cabo indagatorias incómodas entre hombres con varias doradas estrellas adornando su quepí.

Fuentes del sector militar, frecuentemente bien informadas, atribuyen estas insólitas pesquisas al comisario del sector de seguridad de la SFP, Manuel Peralta García, lo mismo que a Daniel García Cortés, coordinador de los órganos de vigilancia en todas las instancias del gobierno federal.

Instancias militares han comenzado a filtrar a varios medios el malestar que están despertando requerimientos diversos para altos mandos del Ejército y del Marina. Incluso se asegura que estuvo a punto de presentarse un reclamo, formal y en persona, a la secretaria Sandoval durante una reciente visita de ésta al Colegio de la Defensa Nacional, donde ofreció una conferencia, el pasado 21 de junio. A última hora se decidió no otorgar la palabra a un general que tenía listo un extrañamiento que le había sido encomendado.

Entre las pesquisas en marcha por parte de la SFP se hallan presumiblemente temas ligados con el general Eduardo León Trauwitz, frecuentemente referido por este columnista. Responsable durante el gobierno de Peña Nieto de combatir el robo de combustible en Pemex (que se multiplicó en este periodo), Trauwitz parece estar disfrutando de una singular protección, que primero le permitió cobrar sus haberes en efectivo cuando las autoridades le confiscaron sus cuentas bancarias, y ahora está ubicado en Canadá, mientras cinco de sus cómplices se hallan ya recluidos en el penal del Altiplano.

De acuerdo con las fuentes consultadas, los funcionarios de la SFP han realizado también comentarios frente a mandos castrenses sobre una supuesta opacidad en el manejo de los presupuestos encomendados a la milicia. Esto, que parece un hecho innegable, supondría la primera ocasión en que ocurre una gestión de esta naturaleza sobre las fuerzas armadas desde entidades gubernamentales o del Legislativo.

A partir de ahí se vienen desgranando señalamientos de los hombres con uniforme con respecto a Irma Eréndira Sandoval. Ella es parte de una familia con sólidas credenciales en las luchas de la izquierda, lo que tiene origen en su padre, el guerrerense Pablo Sandoval (1944-2000), activista desde el Partido Comunista y luego en múltiples agrupaciones partidistas y gremiales.

En los sectores militares se asume la pronta remoción de los citados Manuel Peralta García y Daniel García Cortés, a los que se les atribuye estar actuando a espaldas de su jefa, por influencias externas.

No deben descartarse tales ceses. Pero tampoco la posibilidad de que poco a poco, con pasos de bebé, estén llegando los tiempos de la transparencia y la rendición de cuentas a los cuarteles y las altas oficinas militares.

APUNTES: En la accidentada carrera de Alejandro Moreno en pos de la dirigencia nacional del PRI, un personaje de peso podría minarlo: Emilio Gamboa, uno de los políticos más cercanos al ex presidente Enrique Peña Nieto, quien pretende ser el fiel de la balanza en la contienda tricolor donde el bloque opositor a “Alito” es encabezado por la ex gobernadora yucateca Ivonne Ortega. Gamboa y Moreno acumulan casi una década de agravios mutuos. En su momento, el ex líder senatorial empujó para la candidatura en Campeche al senador Raúl Pozos. “Alito” reviró luego saboteando la causa del hijo de aquél, Pablo Gamboa. En esta nueva vuelta de tuerca, ¿qué será de aquellos lodos?

rockroberto@gmail.com

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