Fui a hacer un trámite cualquiera. Era la tercera vez que iba. Para entonces, la persona que me atendía y yo comenzamos a hablar de otros temas, además del que motivaba mi presencia en esa oficina.

—Tengo un hijo con discapacidad. Tiene 4 años y yo llevo tres en lista de espera para recibir el apoyo económico prometido. Ya entregué todo lo necesario y nada —me dijo.

—Bueno, esperemos que con el cambio de gobierno esas cosas realmente empiecen a funcionar.

—Quién sabe. La promesa de AMLO es ayudar a los pobres, y no sé a quiénes considera así. Yo tengo trabajo; tal vez no me den ese apoyo.

He ahí, en esa sencilla conversación, los dos temas centrales que definen la incertidumbre respecto al próximo gobierno: ¿De verdad va a poder cumplir todo lo que le prometió, especialmente a los pobres? ¿Podemos tener esperanza?

Según los números de pobreza, estamos hablando de por lo menos la mitad de la población. Julio Boltvinik asegura que en el país hay 76 millones de personas en esta situación; la secretaría de Desarrollo Social del gobierno federal, dice que 53, y según Rodolfo Tuirán, 49. En términos porcentuales, algunos hablan de 60% de la población; otros, de entre 42, 48 y 52%.

La diferencia es por saber qué es pobreza. Según Alicia Ziccardi, “el término hace referencia a situaciones de privación en el acceso a bienes y servicios básicos”. ¿Cuál es la definición de básico? Para algunos estudiosos, “la satisfacción de por lo menos niveles esenciales de los alimentos básicos, atención primaria de salud, abrigo y vivienda, condiciones sanitarias básicas y formas básicas de enseñanza”. Esto deja fuera a muchas personas que tienen eso pero se consideran pobres porque no pueden tener todos los bienes que, como dice Peter Townsend, “se acostumbran o son ampliamente promovidos en las sociedades”.

¿Entonces a quién le van a dar apoyo? ¿Estarán de acuerdo los no considerados? Un ejemplo de este problema son los jóvenes a los que se va a becar. En su encuentro con los empresarios, AMLO dio la cifra de poco menos de tres millones, pero José Narro y otros han hablado de 7 millones de jóvenes sin escuela ni trabajo.

Por lo pronto, la mitad de los habitantes de este país espera que el próximo gobierno le dé dinero, becas y apoyo. Cincuenta millones de personas se sienten con derecho a recibir su depósito mensual. Además esperarán que les resuelva sus necesidades de empleo, salud, educación y servicios. Vaya problema que tiene Andrés Manuel.

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