El futbol ha vivido una de las peores decisiones en su historia, aberrante y sin sentido, que muestra la flaqueza directiva de un personaje de tan poca monta e intelecto, como Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol.

El gran miedo a la cascada de demandas y la presión de Gianni Infantino, quien muestra la misma avaricia que su antecesor, Joseph Blatter, han provocado que en Sudamérica hicieran el ridículo. No, jugar en Madrid no es la solución al secuestro que tienen los barristas —en Argentina— de los directivos de los equipos.

Empeñarse en tener a un representante de la Conmebol en el Mundial de Clubes ha hecho que pierdan la razón. Hay un reglamemnto que no se atreven a aplicar y le daría la razón al presidente del Boca Juniors, en cuanto a ganar el título de la Copa Libertadores en la mesa. Esa es la labor de Domínguez: aplicar lo correcto, en vez de ser un servil esclavo de los intereses de la economía de la FIFA.

Por si fuera poco, también es mentiroso, porque eso de afirmar que muchos argentinos tienen la posibilidad de viajar a Madrid para ver la final, es ridículo. Entre 6 mil 500 y 7 mil 500 dólares se gastaría cada aficionado para ver la mal llamada Final del Mundo en el estadio Santiago Bernabéu, lo cual —para una sociedad que vive en una crisis económica, como la argentina— es demasiado.

Será una final de turistas y no del pueblo, porque para el conocimiento de Domínguez, Infantino y muchos otros que avalan esto, en Argentina hay más gente buena que mala y no merecen —los que hacen de este deporte una pasión bien entendida— que les quiten el más apetitoso partido de su historia. Insisto, es la decisión más estúpida que ha tomado un directivo, en la historia del futbol.

La FIFA, en vez de ordenar y castigar severamente por la violencia, parece avalarla. El gobierno argentino también, porque recordemos que Mauricio Macri —el actual presicente de ese país— fue el máximo dirigente de Boca Juniors, y nadie ha podido acabar con estos delincuentes disfrazados de barristas, quienes tienen el control absoluto del futbol argentino.

Pero lo más grave es que Domínguez demuestra que ninguno de los 10 países que componen la Conmebol ofrece las garantías de seguridad para poder hacer un partido de futbol de esta magnitud, lo que significa que es una confederación muerta, sin control, y que no merece tener a ejecutivos de tan poca monta, a quienes lo único que les importa es el dinero y lo último en su lista de prioridades es el futbol.

@gvlo2008
gerardo.velazquez@eluniversalbgwire.com.mx

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