Desde hace algunos años se ha venido hablando de la Cuarta Revolución Industrial y buscando en las nuevas bibliotecas la definición más sencilla y simple, podría decirse que consiste en: “La creciente digitalización de todas las unidades productivas de la economía en su conjunto”. Constituye una muy amplia idea de ir convirtiendo en realidad mucho de lo que todavía apenas hace algunos años veíamos estrictamente como mera ciencia ficción. Variados son los temas y conceptos que se encuentran vinculados con esta nueva era que estamos viviendo, como el Internet de las cosas, la robótica, la inteligencia artificial, biotecnología, impresión 3D, etcétera. Todos ellos vienen modificando de maneras insospechadas aquello que tiene que ver con la vida cotidiana, y sus consecuencias son y serán incalculables en todos los campos que se relacionan con las actividades del género humano.

Se antoja como algo normal que tan sólo viene ocurriendo, pero adicionalmente a lo tecnológico, los cambios sociales que ha traído y que traerá este proceso de modernización tecnológica, que hoy día se encuentra en  crecimiento exponencial, deben ponernos a pensar muy seriamente, ya que su impacto no tiene que ver solamente con una manera distinta de hacer técnicamente las cosas, sino que además está modificando, con múltiples innovaciones disruptivas, las relaciones personales, familiares, laborales y comunitarias, lo que implica que estamos siendo testigos de un impresionante cambio social y cultural en toda la humanidad. Así, por citar sólo un par de actividades que tienen que ver con el ámbito empresarial y financiero, poco a poco nos vamos enterando de que las operaciones de diversas instituciones financieras, van prescindiendo de personal y hoy tenemos que interactuar con nuevos “super cajeros cibernéticos”, máquinas que dan seguimiento a muchas operaciones que tradicionalmente realizábamos frente a un mostrador. Más aún, los teléfonos celulares y otros dispositivos, van sustituyendo también a las ventanillas en aquello que tiene que ver con pagos , además el uso de la tecnología en los negocios también está modificando la manera de producir y comercializar los bienes y servicios.

En un estudio presentado recientemente en Davos, Suiza, en el marco del Foro Mundial Económico, que abordó el tema de la Cuarta Revolución Industrial, menciona que ésta podría generar en el futuro más de 130 millones de nuevos empleos, pero en contraparte, desplazar alrededor de 75 millones de plazas laborales. Aunque se antoja que pudiera ser al final una buena noticia, el problema se encuentra en que la velocidad de cancelación de empleos es mayor al proceso de formación y capacitación de quienes podrían llegar a ocupar dichos nuevos puestos, los que demandan conocimiento y preparación en los avances tecnológicos. Lo cierto es que en todos los países desarrollados comienza a verse con la seriedad del caso, pero en aquellos, con economías emergentes, resulta indispensable que absolutamente todos los sectores que participan en la generación de riqueza, se involucren y se hagan corresponsables para analizar, diagnosticar y proponer ideas, que después sean programas para contrarrestar el impacto negativo de la inminente transformación laboral de un enorme tsunami que ya nos moja los pies.

Pareciera, como lo consideramos en el caso del cambio climático, que en principio somos una sociedad ajena al mismo y tardamos en aceptar su implacable realidad, pues hoy estamos viviendo  sus consecuencias. Así, quienes actualmente cuentan con las herramientas y la responsabilidad dentro de las empresas e instituciones públicas y privadas, debemos saber más sobre el tema y actuar en consecuencia, ya que permanecer solamente en el carácter de observadores, nos implicará pagar altos costos sociales para las actuales y nuevas generaciones, en especial las ya que se encuentran en formación escolar, técnica y profesional.

Nuestra entidad enfrenta en la actualidad un cúmulo de oportunidades en materia de desarrollo y crecimiento económico, pero junto con ello, un sinnúmero de retos sociales, de los cuales muchos son investigados y analizados por corporaciones que ven en su ciudad capital y su zona conurbada, un espacio físico para llegar a aplicar muchas de estas nuevas tecnologías en lo que nos reúne como comunidad y tiene que ver con los temas trascendentales de una ciudad en materia de servicios y equipamiento urbano, movilidad, seguridad, etcétera. Ojalá y podamos, aprovechando esta sinergia de crecimiento, prepararnos mejor como comunidad, para enfrentar el futuro, que hoy más que nunca está presente, en este Querétaro nuevo que deseamos conservar.

Google News