Una vez que se cuenta con toda aquella inteligencia de datos, “casos de ruta prospectos” -como me atreví a bautizarlos en la primera parte de esta breve serie sobre la conectividad aeroportuaria y sus retos-, viene verdaderamente lo interesante, vender el “caso” a las aerolíneas; para ello, la existencia de ferias, eventos turísticos nacionales e internacionales, o visitas específicas, en los que la dirección general y el equipo comercial de un aeropuerto, gestionan encuentros para presentar a los ejecutivos de una o varias aerolíneas, la posibilidad de abrir rutas utilizando las mejores cartas de promoción económica, turística y, sobre todo, las condiciones que ofrece el aeropuerto o aeropuertos involucrados, entiéndase origen y destino, son imprescindibles para lograr el cierre de una posibilidad, o mejor dicho la apertura de un destino.

En este último aspecto, es importantísimo identificar que, para aquellos aeropuertos que se encuentran en desarrollo es aún mayor el esfuerzo, ya que el proceso de consolidación como origen o destino para una ruta depende de diversos factores, entre los que podemos señalar, el entorno socio económico, la atractividad turística y algo que pocas veces se ve, pero que existe, es la oferta comercial que el aeropuerto o aeropuertos ponen a disposición de la aerolínea, es decir, la oferta de costos asociados a los servicios aeroportuarios -excluyendo al TUA, a la que no puede renunciarse-, pero que en términos concretos aporta en la atractividad del aeropuerto en su conjunto.

Además de las condiciones comerciales que una organización aeroportuaria debe ofertar a los usuarios, existe también una serie de servicios que deben, sí o sí, formar parte de tal oferta; dentro de estos servicios se considera la variedad y disponibilidad de transporte desde y hacia el aeropuerto  -conocida como conectividad terrestre (taxis, transporte privado o público igualmente con terminales dedicadas y automatizadas), los espacios y versatilidad del estacionamiento o servicios similares, la diversidad de locales comerciales, como restaurantes, farmacias, tiendas de conveniencia, sin considerar algunas tiendas o boutiques que hoy  inundan las terminales aéreas en diversas latitudes del mundo, o hasta los servicios de facilitación digital como quioscos para documentación y accesos a las diversas salas utilizando bioautenticación, solo por mencionar algunos de los elementos que pueden definir la calidad y diversidad de una terminal aérea.

Detrás de la oferta de valor que cualquier aeropuerto tiene para sus usuarios, clientes y visitantes, está un equipo multidisciplinario, técnico administrativo, experto en la gestión aeroportuaria, administración de las operaciones y seguridad aérea que requieren constante formación y reconocimiento ante las diversas autoridades que coordinadamente se encargan de velar por las diferentes responsabilidades asociadas a la operación de una instalación aeroportuaria, tales como servicios migratorios para nacionales y extranjeros, servicios aduaneros  de importación/exportación de bienes o valores según las franquicias autorizadas, seguridad aeroportuaria dentro de la poligonal (el perímetro que conforma el aeropuerto), servicios de regulación sanitaria para ingreso y salida de especies, servicios a la navegación aérea para el control del tránsito aéreo y  para la aviación civil y comercial de pasajeros y carga dentro de un aeródromo. Las responsabilidades son amplias y sumamente interesantes de gestionar. Continuará.

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