“El reto está en el momento; el tiempo es siempre ahora” —James Baldwin.

Desde el inicio de su periodo constitucional, el ejecutivo Federal decidió desarticular las instituciones en nuestro país, ya sea públicas o privadas, tomó medidas para frenar la inversión privada y sus ocurrencias han costado mucho a la sociedad.

Diversas asociaciones y particulares han intentado frenarlas mediante el juicio de amparo y otras medidas legales. Varias de estas acciones se frenaron por un tiempo y la reacción del presidente fue notoriamente autoritaria, designando como “seguridad nacional” proyectos que no lo son. La actuación profesional de algunos funcionarios y jueces impidió mayor destrucción, aunque varios tuvieron que renunciar, y otros han tenido que resistir los ataques del presidente y de sus seguidores.

Como se observa, la estructura institucional democrática en México ha funcionado. Pero el presidente no acepta las limitaciones que le impone la ley, y han transcurrido cuatro años muy difíciles. El panorama es adverso, sin embargo, recordemos que la ciudadanía mostró su molestia retirando al presidente el apoyo que le había dado en 2018, poniendo a su coalición original en una situación débil en la Cámara de Diputados, donde necesitan del Partido Verde para tener mayoría simple.

Estamos aproximándonos a momentos de definiciones cruciales. Vienen las elecciones el siguiente año. Es posible que pueda ganar la oposición, el problema, hasta ahora, es que hay falta de sensibilidad en la toma de decisiones por parte de los partidos que pretenden la alianza. El PAN con sus declaraciones adelantadas al pronunciarse por un candidato; y en el PRI hay una lucha entre la pretendida imposición del gobernador y la propuesta de un grupo de experimentados cuadros políticos y están en el estira y afloja. Mientras tanto en Morena ya hay decisión muy al estilo de su dueño.

Por otro lado Movimiento Ciudadano continúa en su estrategia para integrarse o no a la alianza o ir solo en la contienda.

La incertidumbre es si podrá configurarse la alianza. Para que esto suceda, debe prevalecer el interés colectivo sobre las ambiciones personales. Algunas personas piensan que ellas son los que tienen la razón y los demás están equivocados.

Sí hay la conciencia de que solo se puede derrotar al movimiento de Morena a partir de conformar una alianza amplia. La clave es que exista el talento y altura de miras para conformar esa alianza.

Se requiere una persona para ser candidata que pueda identificarse con los grandes grupos del electorado, que tenga empatía e inteligencia, y que pueda inspirar a los indecisos o aun a los morenistas moderados. Que sea capaz de construir una narrativa y que convenza a los ciudadanos.

Se requiere una campaña exitosa. Hasta el mejor candidato puede ser arruinado por una mala campaña. Debe haber el talento político y creativo, la campaña opositora puede llevar al mejor candidato a perder.

La opinión de varios integrantes de los diversos partidos es que “ven con buenos ojos” las alianzas electorales, tanto para las próximas elecciones estatales en Coahuila y el Estado de México, como para el 2024. Es más, muchos insisten en que es la única alternativa que tiene la oposición para hacer frente al Movimiento de Regeneración Nacional y sus “aliados”, sea ya a nivel regional o federal.

No deben perder de vista los partidos políticos, que en los últimos meses se realiza una estrategia para desactivar dicha alianza opositora, ante los números de los analistas que insisten en que, sumados PAN, PRI, PRD, incluso con la posibilidad de incorporar a Movimiento Ciudadano, el bloque opositor efectivamente tiene posibilidades de truncar el avance del movimiento del presidente.

El principal desafío será convencer a quienes no comulgan con una coalición electoral de la necesidad de ir en “bloque” para aspirar a obtener el triunfo tanto en el 2023 como en la “presidencial” dentro de dos años.

Expresidente municipal de Querétaro
y exlegislador. @Chucho_RH

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