Hace unos días en este mismo espacio, se hizo un llamado a la CNDH para que demostrara su imparcialidad en el nombramiento de dos integrantes del Comité Técnico de Evaluación que valorará los perfiles de los aspirantes al Consejo General del Instituto Nacional Electoral, sin embargo, una vez más se distinguió por su servilismo.

La Cámara de Diputados en la convocatoria pública para la renovación del Consejo del INE, estipuló que las personas integrantes del Comité de Evaluación debían ser de reconocido prestigio, así como no haber sido postuladas o ejerzan algún cargo de elección popular o desempeñen cargos de dirección en partidos políticos nacionales o locales. La Sra. Piedra remitió dentro de sus propuestas a la periodista y activista Sara Lovera, y para sorpresa de muchos, a John Ackerman, un paladín de la Cuarta Transformación y gran admirador del Presidente de la República.

Con esta postulación, queda claro que la CNDH no es un organismo independiente sino una institución subordinada al ejecutivo federal. Si le pedimos imparcialidad, autonomía, independencia y apartidismo a la Sra. Piedra, ¿por qué propuso a Ackerman? Él se ha caracterizado por respaldar y defender los ideales del partido en el que cree, ha defendido las políticas y manera de gobernar de la 4T, y tiene todo el derecho de hacerlo, todos somos libres de definir nuestras posturas políticas, pero siendo un seguidor del gobierno, jamás podrá ser imparcial. Por ejemplo, en sus redes sociales publicó el 3 de octubre de 2016: “los cuatro responsables de la desgracia nacional juntos en una mesa, PRI, PAN, PRD, Televisa. Son una vergüenza #QueSeVayanTodos”. ¿completamente neutral no?

Actualmente es integrante del Consejo del Instituto de Formación Política de Morena, que tiene entre sus objetivos capacitar nuevos cuadros y evaluar futuros candidatos, pero más allá de la discusión sobre si ese instituto es un cargo de dirección, lo cierto es que tiene una filiación partidista. Aunado a que tiene un claro conflicto de interés por ser el cónyuge de una secretaria de Estado y cuñado del superdelegado de Guerrero. Es miembro de una de las familias más poderosas de esta Cuarta Transformación.

Jamás en la historia de la CNDH se había visto tanto servilismo, tanta vileza. Pero no es el único ataque a la vida democrática de nuestro país que ha salido del que se supone es el organismo garante de nuestros derechos humanos, ya que hace unos días emitió un comunicado de prensa en el que tuvo la ocurrencia de proponer ampliar los requisitos para la elección de los integrantes del Consejo del INE, cuestión que además de ser a todas luces inconstitucional, demuestra su falta de conocimiento en el tema.

La polémica que ha generado la CNDH con esta propuesta está entrampando el proceso de renovación del INE. La carga ideológica que le está dando a su actuación terminará no sólo por desprestigiar la labor de la CNDH y minar al INE. México no se merece una Ombudsperson subordinada.

Senadora de la República

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