La Arqueometría es una disciplina científica que estudia, de manera multidisciplinaria, vestigios arqueológicos mediante el uso de metodologías físicas y químicas, integrando el conocimiento de otras ciencias para intentar conocer lo más posible acerca de diversas áreas de actividad de las sociedades humanas del pasado, incluyendo sus formas de vida, su relación con el entorno, sus creencias o su organización política, social e ideológica, etc.

Lógicamente, la perspectiva del arqueólogo o del historiador es fundamental, y los métodos de estudio comprenden diversos aspectos de la Física, la Química, la Geología, la Botánica, la Arqueozoología, la Antropología, estudios paleoambientales, de datación, de autenticidad de restos arqueológicos, el análisis y la caracterización de materiales, entre otros.

Entre los principales objetivos de la Arqueometría se encuentran la datación de objetos y de vestigios de los yacimientos arqueológicos, la caracterización de materiales, la determinación de sus propiedades físicas y químicas, el tipo de tecnología utilizada en su manufactura, el origen de estos materiales, etc., para que, en primer término, se pueda generar conocimiento científico que ayude en la comprensión de la cultura que se esté estudiando y, con ello, puedan establecerse mecanismos y procesos adecuados de conservación del patrimonio cultural e histórico o más aún, para proponer métodos de restauración que permitan preservar dicho patrimonio para las generaciones futuras.

Dentro de las metodologías físicas y químicas que mayor información pueden aportar, y que incluyen el uso de tecnologías de punta, se pueden mencionar a las microscopías óptica y petrográfica, microscopías electrónicas de barrido y de transmisión de alta resolución, difracción de rayos – X, análisis termogravimétrico y térmico diferencial, técnicas de análisis químico como absorción atómica, fluorescencia de rayos – X o plasma de acoplamiento inductivo, espectroscopías Raman, Infrarroja o ultravioleta-visible, cromatografía de gases, datación por carbono-14 y termoluminiscencia, tomografías computarizadas, topografía de precisión, el uso de fotogrametría de 360°, escaneo espacial por láser, reconstrucción 3D computarizada, etc. Como puede observarse, existen diversas técnicas analíticas muy especializadas, muchas de ellas de vanguardia, en las cuales es necesaria la ayuda de científicos altamente capacitados y con formaciones muy diversas.

La idea es vincular especialistas de distintas áreas del conocimiento para estudiar objetos (desde un sitio arqueológico o un monumento hasta un manuscrito o una pintura) y de esta manera conocer sus características físicas y químicas para comprender los aspectos materiales y tecnológicos que dieron lugar a la existencia de dichos objetos, mismos que conforman el patrimonio cultural e histórico de nuestro País, o de diversas culturas en otras latitudes.

Un aspecto muy importante que hay que mencionar, es que, debido precisamente a que los objetos que requieren ser estudiados son parte de nuestro patrimonio cultural e histórico, éstos deben ser analizados de tal forma que las técnicas escogidas en cada caso sean no destructivas o lo menos invasivas, en la medida de lo posible. Además, dichas técnicas deben ser complementarias para poder armar un panorama más amplio y que, en conjunto con las aportaciones y enfoques de los arqueólogos e historiadores, permita acceder a un mayor conocimiento sobre los grupos humanos que nos precedieron.

Si bien existen algunos grupos de científicos que han realizado estudios arqueométricos importantes en nuestro país, la gran variedad y cantidad de objetos arqueológicos que tenemos en México es muy vasta y se requiere que muchos más académicos que se integren al estudio de nuestro patrimonio desde todas las áreas posibles.

Recientemente se ha formado un grupo interdisciplinario e interinstitucional de Arqueometría, donde participan académicos y estudiantes del Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA) de la UNAM, en Juriquilla; del CINVESTAV, unidad Querétaro; de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Este grupo está formado por físicos, químicos, geólogos, arqueólogos y restauradores, entre otros. Se han comenzado a estudiar diversos fragmentos de murales prehispánicos y de piezas cerámicas de importantes zonas arqueológicas del país mediante técnicas de caracterización con instrumentos de vanguardia para determinar la composición, microestructura y conformación de morteros, aplanados y pigmentos en las diferentes capas pictóricas que forman dichos murales, y de la composición y estructura arcillosa de las diferentes piezas cerámicas. Uno de los objetivos iniciales del grupo es el de intentar descifrar tanto la materia prima como los métodos y técnicas que utilizaron nuestros antepasados para preparar los muros, aplanados y las diferentes capas pictóricas.

Otro objetivo consiste en identificar los componentes arcillosos y los compuestos cristalinos de las cerámicas estudiadas para determinar las temperaturas de cocción de las piezas y la materia prima utilizada. Lo anterior contribuirá de manera importante en la generación de conocimiento acerca del desarrollo tecnológico de esos pueblos en determinadas épocas y proveerá de información fundamental para establecer métodos adecuados para la conservación (o restauración) de los objetos estudiados. Este es un buen ejemplo de cómo pueden vincularse especialistas de diversas disciplinas y áreas del conocimiento, tanto de las Ciencias Sociales y Humanísticas, como de las Ciencias Experimentales (como la Física, Química o la Ciencia y Tecnología de Materiales) para formar grupos interdisciplinarios enfocados en el estudio de nuestro pasado histórico y cultural, lo cual tiene implicaciones de gran interés y relevancia, no sólo en nuestro país, sino en la región y el continente.

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