Desde finales de la semana pasada el presidente López Obrador no ha cejado en sus ataques a la Universidad Nacional Autónoma de México. Más allá de la profunda ignorancia y mala fe que denotan sus críticas lo que destaca es que, como siempre, ha logrado sacar del debate público los temas más álgidos e imponer su propia agenda a partir de cuestiones políticamente redituables, dejando de lado aquellas que le resultan incómodas y sobre las que debería estar rindiendo cuentas.

Mientras discutimos los argumentos sinsentido que el presidente utiliza para golpear a la UNAM —y a muchas otras instituciones de educación superior—se dio a conocer que el Índice Nacional de Precios al Consumidor se ubicó en un nivel de 6% en septiembre —el nivel más alto desde abril de este año— y que se prevé que la inflación anual termine entre el 6.4 y el 7%. En lo que va del siglo, la tasa de inflación más alta fue del 8.96%, en el 2000, seguida de un 6.53% en 2008. Al paso que vamos, seguramente 2021 se posicionará como la segunda mayor inflación en 21 años.

Aunado a ello, el Inegi dio a conocer el Índice Global de Actividad Económica (IGAE) que muestra un retroceso en la economía de 1.6% en agosto respecto a julio. ¿Qué implica esto? Que la economía mexicana esta decreciendo y que, en agosto, tuvo la mayor caída mensual desde mayo de 2020; esto es, en el momento más algido del confinamiento. Lo que más preocupa a los analistas es que este decrecimiento pareciera estarse volviendo tendencia a pesar del discurso de la recuperación a niveles previos a la pandemia.

Pero no todo es economía, México se sigue posicionando como uno de los países más violentos del mundo. De acuerdo con el “Índice de Paz México 2021”, nuestro país se ubica como el noveno con mayor tasa de homicidios a nivel mundial. Los datos del Secretariado Nacional de Seguridad Pública dan cuenta de que la tasa de homicidios ha crecido exponencialmente en los últimos años, mientras en 2015 se registraron 18 mil 312 (15 por cada 100 mil habitantes); 2019 y 2020 han registrado la cifra más alta desde que se tiene registro: 34 mil 681 en 2019 y 34 mil 557 en 2020 (a pesar del confinamiento). Este año no pinta mejor; entre enero y junio se registraron 17 mil 445 víctimas de asesinato, cifra cercana a la que se tuvo durante todo el 2015. En lo que respecta al feminicidio, mientras en 2015 se registraron 426, para 2020 se llegó a 977. ¿Cómo vamos este año? Durante el primer semestre de 2021 fueron asesinadas 508 mujeres de acuerdo con cifras oficiales.

A eso habría que agregar, entre muchos otros temas, el incremento de los niveles de pobreza reportados por el Coneval a pesar de los supuestamente eficientes programas sociales, la gravísima crisis migratoria y de derechos humanos en las fronteras norte y sur, la venta de niñas en Guerrero, la escasez de medicamentos, el manejo de la pandemia y una largísima lista de supuestos logros de la autollamada 4T.

Gran mentira —y prejuicio— que las mañaneras sean un espacio privilegiado para que el presidente “informe al pueblo”. Las conferencias matutinas del presidente son una carpa destinada a desviar la atención de los temas importantes, atacar a las voces disidentes, descalificar todo aquello que no entiende o no le interesa entender y polarizar al país. Así llegamos a la primera mitad del sexenio.

Twitter: @maeggleton

Google News