El coronavirus o Covid-19, de acuerdo con la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se trata de una infección respiratoria que sintomáticamente se manifiesta con fiebre, tos seca, fatiga, falta de aliento y dificultad para respirar, así como dolores musculares; todo lo anterior pudiendo derivar en una neumonía grave.

Hasta la fecha se han reportado contagios en 64 países fuera de China, donde se originó, siendo México uno de los seis países americanos donde se ha propagado el virus con cinco casos confirmados de contagio, todos provenientes de personas que viajaron al norte de Italia.

Pero con todo y la gravedad global del caso, que tendrá sin duda repercusiones importantes de diversa índole especialmente en materia económica, vemos de manera alentadora cómo en nuestro país nos encontramos avanzando hacia una etapa donde ya fuimos capaces de dar de alta al primer paciente que se detectó con coronavirus.

De acuerdo con la Secretaría de Salud del Gobierno Federal se tienen tres escenarios para atender la enfermedad: una inicial, que suelen ser decenas de casos, que considera pequeños brotes aislados que suelen ser importados (estatus en que nos encontramos actualmente); de propagación comunitaria, donde el virus se encuentra disperso en una zona localizada, siendo la transmisión en pequeños brotes comunitarios que suelen registrar cientos de casos; y de propagación amplia, con el virus disperso por todo el país, con miles de casos confirmados.

Nos encontramos atentos y confiamos en que las medidas de mitigación emprendidas sean certeras, retrasando con ello el avance del virus a etapas de mayor propagación e inclusive, nos mantengamos en la actual.

Para conseguir ello, se requiere de una participación de toda la población en la aplicación de medidas preventivas básicas que todos conocemos, como el lavado de manos, la pronta atención de los síntomas y el reporte de cualquier caso sospechoso; pero también se debe conservar la calma y no propagar pánico innecesario entre la población. No es una emergencia sanitaria y no queremos que así sea.

El coronavirus no es una enfermedad grave, donde más de 90% de los casos son leves y presentan síntomas de un catarro común que tiene un riesgo muy bajo de mortalidad, especialmente en personas que no tengan edad avanzada ni enfermedades crónicas.

Efectivamente, se ha reconocido una emergencia que pudiera traernos oportunidades en el plano económico que debemos aprovechar, pues las empresas del mundo se encuentran considerando reacomodar sus cadenas de valor a destinos no asiáticos; pero ese manejo discursivo es distinto, aunque paralelo, al relacionado con el tema de salud pública que se encuentra siendo atendido técnica y suficientemente, el cual incluso será fortalecido presupuestal y administrativamente con acciones para priorizar la salud y bienestar de la población.

Juntos le ganaremos a esa infección que se llama ccoronavirus y con el respaldo del Gobierno de la República en los estados, como en mi querido Querétaro a quien represento desde el Senado, la enfrentaremos con toda nuestra capacidad hasta que sea erradicada.

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