No definirá la elección, pero el debate entre quienes pretenden ocupar la vicepresidencia de Estados Unidos mostró las diferencias entre demócratas y republicanos tanto en política interna como en política internacional. El voto de los ciudadanos estadounidenses el próximo 6 de noviembre por Barack Obama o por Mitt Romney definirá el rumbo de la economía y las políticas para salir de la crisis, asunto por demás importante para México. También definirá la política exterior de EU en los próximos cuatro años, asunto crucial para el mundo.

En el debate el republicano Paul Ryan estuvo bien pero fue Joe Biden quien dominó y puso al republicano en no pocas ocasiones a la defensiva, sin poder explicar bien a bien lo que harán, por ejemplo, con la reforma sanitaria de Obama que dará acceso a la salud a cerca de 40 millones de estadounidenses que carecían de ella y que los republicanos combatieron y seguirán combatiendo hasta eliminarla si pueden. El vicepresidente y candidato demócrata Joe Biden fue claro en sus exposiciones, combativo, seguro y no dejó pasar una a Paul Ryan quien se mantuvo en su argumentación pero falló en puntualizar no pocos de sus dichos.

El debate tuvo una conducción atinada por parte de Martha Raddatz que permitió se abordaran los grandes temas de la agenda interna e internacional y que dio por terminado cada uno de los asuntos para pasar al siguiente. Abrió con un tema caliente y controvertido, en el que los republicanos y en particular Mitt Romney cometieron grandes errores: la turba en Bengazi, Libia, frente al Consulado y el ataque armado de grupos terroristas que desembocó en el asesinato del embajador de Estados Unidos y otras tres personas.

Ryan culpó a Obama por la falta de seguridad, Biden recordó que los republicanos aprobaron la reducción presupuestal de la seguridad a las embajadas estadounidenses por 300 millones de dólares, al tiempo que recordó la declaración temprana y errada de Romney en medio de la crisis cuando vió la oportunidad de atacar a Obama. Uno de sus mas grandes errores en política internacional.

La conductora impulsó un verdadero debate, con interrupciones entre Biden y Ryan, los dejó estar verdaderamente frente a frente. Explicar, precisar, acotar, estar en desacuerdo, porque finalmente para eso son los debates y lo mismo el demócrata que el republicano pudieron aprovechar la apertura, pero fue Biden quien lo hizo mejor en ese terreno.

Los asuntos de política exterior fueron además de Bengazi, Irán, Medio Oriente, la guerra de Afganistán, el ejército de Estados Unidos incluyendo sus efectivos y su papel. El republicano dejó asentada la idea de que la política de Romney será mucho mas agresiva, similar a la de Bush, que quisiera ir más allá en el caso de Irán e intervenir en Siria. Ryan mostró desconocimiento en el tema de la política exterior de la mayor potencia militar.

Biden dejó claras las diferencias en relación con la economía, el empleo, la sanidad y el aborto, mostró que los republicanos mantendrán los beneficios para los más ricos que tienen tasas impositivas menores, que no gobernarán para la clase media y que su política no llevará a la reducción del déficit presupuestario mas que a costa de reducir drásticamente el gasto en salud, educación, atención a los mas vulnerables e investigación.

Las encuestas muestran mayoritariamente que fue Biden quien ganó el debate. Los 90 minutos transcurrieron con rapidez inusitada en torno a las cuestiones que definirán el futuro en los próximos cuatro años.

Internacionalista

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