Anoche la Secretaría de Relaciones Exterioresinformó que hoy llega a nuestro país el asesor “senior” y yerno consentido del presidente de Estados UnidosDonald Trump, el mismo que según el Washington Post intentó ser manipulado por los cancilleres de México, China, Israel y Emiratos Árabes aprovechando su “inexperiencia”. Curiosamente la visita del joven Kushner, en momentos de crisis por las amenazas estadounidenses de imponer aranceles al acero y el aluminio, la incompleta renegociación del TLCAN y hasta el incómodo tema del “muro” y los migrantes, es organizada por el mismo canciller Luis Videgaray, quien fuera señalado por “fuentes de inteligencia” del gobierno de EU como parte de complot manipulador contra el yerno que, según se anuncia, será recibido en Los Pinos por el presidente Peña Nieto.

El envío de Jared Kushner, quien llegará acompañado de altos funcionarios de la administración Trump, se produce también después de la abrupta cancelación de la visita del presidente Peña a Washington prevista para la semana pasada y que no se llevó a cabo después de la ríspida conversación telefónica en la que el mandatario mexicano le habría exigido al de Estados Unidos que reconociera públicamente que “México no pagará por el muro” que pretende construir en la frontera.  Se prevé que parte de los objetivos del influyente yerno sea retomar la posibilidad de un encuentro personal entre Trump y Peña en los próximos días.

Justo la semana pasada, en plena ronda de renegociación del TLC en México, el presidente estadunidense lanzó en Twitter un misil contra esas negociaciones, al anunciar su intención de cobrar aranceles de hasta 25% a las importaciones de acero y aluminio, lo que afectaría directamente a México como uno de los principales exportadores de esos dos metales a  Estados Unidos. Pero el hecho no paró ahí, luego de  su anuncio en las redes sociales, Trump y su gabinete plantearon un “chantaje” descarado: que si México acepta firmar el TLC bajo las condiciones que pone EU —reglas de origen a la industria automotriz, entre otros inaceptables— entonces los impuestos a la importación de acero no le serían aplicados a nuestro país.

Ayer mismo el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, jefe del grupo negociador mexicano, advertía que si Trump decidía aplicar sus aranceles a la industria acerera, el gobierno de México respondería con impuestos también a varias exportaciones estadounidenses y adelantó que ya se estaba analizando una lista de productos que se podrían gravar para los exportadores del vecino país.

En ese marco de amenazas y chantajes, y con la insistencia de Donald Trump sobre cargarle a México el pago del muro fronterizo que sigue sin autorizarle el Senado de su país, se producirá la visita de Jared Kushner y de los otros enviados de Trump en busca de quién sabe qué tipo de negociación con el gobierno de Peña Nieto. Veremos a qué viene el yerno favorito y cómo lo reciben en Los Pinos. Y sabremos si el joven Kushner es tan “manipulable” como lo consideraban en su país, o si más bien el esposo de Ivanka Trump no trae la encomienda de endurecer las amenazas y chantajes a México, en preparación de una ofensiva de Trump con el acero, que  desatará una guerra comercial con México y el mundo, cuyas afectaciones llegarían no sólo a los consumidores finales, sino también a los mercados bursátiles. ¿Quién terminará manipulando a quién en esta complicada relación?

NOTAS INDISCRETAS… Mientras Ricardo Anayacontinúa con su discurso de victimización, el gobierno del presidente Peña Nieto sigue sin demostrar si tiene o no los elementos probatorios para acusar al candidato de Por México al Frente, que cada día que pasa avanza en la ruta de volverse un “mártir” y perseguido de una administración desesperada porque su candidato no camina y sigue rezagado en las encuestas… Por cierto, vaya tema el que abrió José Antonio Meade al referirse a Andrés Manuel López Obrador como un “fantasma fiscal” por aquello  que dice el candidato priísta de que su contrincante de Morena “no declara ni se sabe de dónde provienen sus ingresos o gastos ni de qué vive”. Lo malo es que a Meade se le olvida que antes de ser “abanderado ciudadano” del partido gobernante, él era el secretario de Hacienda y si, como afirma, la situación fiscal de López Obrador es tan irregular o “fantasmal”, ¿por qué no lo investigó o sancionó cuando mandaba en el SAT? Por la misma razón que tampoco investigó los desvíos millonarios en Sedesol y le negó, una y otra vez, a la Auditoría Superior de la Federación, la información que le pidieron sobre las triangulaciones, cuando despachaba como secretario de Desarrollo Social. De lengua me echo un taco… Los dados mandan Escalera Doble. Subimos.

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