Hace casi dos años, en esta misma sección de EL UNIVERSAL Querétaro, se abordó la importancia de los árboles, con visión ambiental; se explicaron diversos beneficios que aportan, de los muchos que existen. Uno de los propósitos de los más de cien artículos que el autor ha presentado, es el de contribuir a generar una cultura de cuidado de los recursos naturales y de la protección al medio ambiente, así como del desarrollo urbano con criterio de sustentabilidad. También se expresó hace casi dos años sobre la relevancia de los árboles con el propósito de atemperar el efecto de isla de calor que provocan las urbes, colmadas de edificaciones y de superficies pavimentadas, en esta oportunidad se ampliará sobre las islas de calor urbanas, como lo es el caso de nuestra Zona Metropilitana de Querétaro (ZMQ).

El término isla de calor urbana se usa para describir el calor característico tanto de la atmósfera como de las superficies en las ciudades o áreas urbanas comparadas con sus entornos no urbanizados. Se pueden considerar tres tipos de islas de calor, la llamada capa dosel, la capa perímetro y la de superficie; las dos primeras se refieren al calentamiento de la atmósfera urbana y la tercera se refiere al calor relativo de las superficies urbanas.

La capa de dosel urbana es la capa de aire de las ciudades que está más cercana a la superficie, la cual se extiende hacia arriba aproximadamente hasta la altura media de las edificaciones. Por encima de la capa de dosel urbana se encuentra la capa de perímetro urbana la cual puede ser de 1 kilómetro o más de espesor durante el día, y encogerse cientos de metros o menos durante la noche. La capa de perímetro es la que forma una cúpula de aire más caliente que se extiende en dirección del viento más allá de la ciudad. El viento frecuentemente le cambia la forma a la cúpula por una forma de pluma.

La isla de calor es un ejemplo de modificación climática no intencional cuando la urbanización le cambia las características a la superficie y a la atmósfera de la tierra.

Con el crecimiento de las ciudades, al agregarse edificaciones de todo tipo, calles y avenidas, industria y aumento de población, se establecen islas de calor y se tienen varias consecuencias, entre ellas pueden citarse, malestar humano, aumento del uso de la energía, (lo que causa que se liberen más gases de efecto invernadero), contaminación del aire y aumento los niveles de ozono urbano, así como costos más elevados a causa del mayor uso de agua y energía. El calor solar aumenta la temperatura de la superficie, a su vez superficies secas y oscuras absorben más energía solar.

Las ventajas que aportan los árboles al medio ambiente son muchas, trascendentales para contrarrestar las islas de calor urbanas, los efectos de la contaminación y en escala global el cambio climático.

La pérdida de árboles en las ciudades eleva las temperaturas y la evaporación del agua del suelo. La falta de árboles suficientes en varios cuadros de la ciudad permite que las islas de calor sean más severas. La temperatura en la ciudad de Querétaro puede ser hasta 3ºC mayor en promedio de la que se tiene en zonas verdes como la alameda y evidentemente en el Parque Nacional El Cimatario, donde siempre será más fresco, tanto por su altitud como por la carencia de edificaciones y población, además de disponer de vegetación.

Es impresionante la forma en que ha crecido nuestra ZMQ, gran cantidad de fraccionamientos que se han realizado, los que están en proceso y los considerados en el futuro, la mayoría agregan todos los factores adversos para generar islas de calor, eliminan vegetación y no procuran generar zonas verdes, ven poco rentable invertir en compensar el daño ambiental provocado y las consecuencias en pérdida de calidad de vida de la población.

Procurador del Medio Ambiente de Querétaro.

jzepedag@queretaro.gob.mx

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