Los estadounidenses terminaron 2019 sin que los legisladores lograran un acuerdo sobre cómo será el proceso de destitución en la cámara alta contra su presidente. Donald Trump está acusado de abuso de poder y obstrucción al Congreso por el escándalo ucraniano. Hoy se reanudan las actividades legislativas. Los demócratas pretenden que los republicanos acepten escuchar nuevos testimonios, pero no se vislumbra fácil, y es que el gobierno de Trump ha impedido que declaren 12 testigos y se ha negado a entregar decenas de documentos.

La votación en el Senado está prevista para este mismo mes, pero si siguen los desacuerdos podría posponerse hasta febrero. De ser así, coincidiría con el discurso del estado de la Unión. En cualquier caso, la mayoría republicana no permitirá que la destitución ocurra. Hay mucho en juego. En noviembre vienen las elecciones presidenciales y Trump tiene buenas posibilidades de quedarse otros cuatro años en el poder. El 76 por ciento de la población opina que la economía va bien. Ya sabemos que a la hora de votar, la cartera influye mucho.

Por otro lado, Trump tiene millones de detractores y los testimonios vertidos para conseguir el impeachment afectaron aún más su imagen pública. Por eso es tan oportuno el conflicto con Irán. Con él la atención se mueve y el proceso de destitución pasa a un muy lejano segundo término entre los temas de interés informativo.

Es cierto que el ataque estadunidense en Bagdad en el que murió el general Qasem Soleimani fue una reacción. Se dio luego del asalto a la embajada estadunidense en Irak por parte miembros del grupo Multitud Popular. Es cierto también que Soleimani representaba una amenaza para la Unión Americana. Sin embargo, no era una amenaza nueva ni prioritaria, por lo que la dimensión y el momento del ataque no pueden dejar de generar suspicacias.

El presidente estadounidense sabe generar caos y obtener ventaja de ello, pero esta vez las razones no son comerciales y el riesgo no es solo económico. El odio es un factor que puede descarrilar cualquier estrategia y vaya que abunda en esa región. Cuidado Mr. Trump.

HUERFANITO

El vicepresidente norteamericano Mike Pence, acusó al fallecido Qasem Soleimani de estar detrás de un plan para asesinar al embajador de Arabia Saudita en Estados Unidos. El autor material sería un experto en autos bomba integrante de Los Zetas. Así de cerca el narcotráfico mexicano del terrorismo internacional.

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