La Zona Metropolitana de Querétaro (ZMQ) presenta la posibilidad, en cada temporada de lluvias, de afectaciones relativas a los escurrimientos que no alcanzamos a controlar con nuestro sistema de drenes pluviales, las consecuencias son diversas, daños a la infraestructura pública y privada, además de los daños ambientales, al mezclarse agua de lluvia con aguas negras y otras sustancias.

En el artículo anterior se trató sobre los riesgos de inducir la recarga de acuíferos de manera artificial por la posible contaminación que se puede provocar al agua subterránea, la cual representa nuestra reserva estratégica, se expresó también la poca factibilidad de llevar a cabo la infiltración del agua que se genera durante las lluvias. En la ZMQ podría implicar precipitaciones intensas de 20 a 30 minutos de duración y administrar varios cientos de metros cúbicos por segundo.

Durante las lluvias intensas, cuando las aguas que escurren no alcanzan a ser controladas por el sistema de drenes pluviales, sobrevienen las inundaciones que propician que en los hogares, establecimientos comerciales e industriales, en las calles y las diversas zonas afectadas, se acumulen aguas de contenido diverso, contaminadas en cierta medida y con potencial para afectar la salud de las moradores.

El rápido crecimiento de nuestra ZMQ ha propiciado que la infraestructura para el control de inundaciones resulte insuficiente ante el cambio de superficies con vegetación por espacios pavimentados y construcción de vivienda, así como otras modalidades de edificación. Los escurrimientos se ven incrementados por esas razones, además de la posible influencia del cambio climático y los fenómenos meteorológicos con ocurrencia en condiciones cada vez más extremas.

La autorización de nuevos desarrollos inmobiliarios en ocasiones, sin las previsiones y acciones necesarias para eliminar secuelas desfavorables, ha provocado la destrucción de bordos y se han afectado los cauces naturales del agua.

En la ciudad de Querétaro la precipitación media anual es del orden de 550 mm y se concentra principalmente en los meses entre junio y septiembre, sin embargo esto no excluye del hecho de que puedan generarse precipitaciones significativas en otros meses como mayo u octubre, y ocasionalmente en los demás meses. En los municipios de la ZMQ se tienen condiciones semejantes.

Si bien es cierto que se han realizado esfuerzos por mitigar los efectos de las inundaciones a través de mejoras en el sistema de drenaje pluvial, no se ha logrado el control deseable del agua generada durante lluvias intensas. Entre otras circunstancias desfavorables, está la inconsciencia de las personas que arrojan residuos diversos a los drenes, dañando la buena operación del sistema. Cada año los gobiernos municipales y el estatal se ven en la necesidad de emprender obras de limpieza, desazolve y mantenimiento. No sería justo omitir la responsabilidad que asiste a los gobiernos para lograr el adecuado desarrollo urbano, la buena planeación que aleje la posibilidad de consecuencias adversas.

Eventualmente se ha querido ver la remediación al problema de las inundaciones en la ZMQ mediante la construcción de un drenaje profundo, como el existente en la Ciudad de México, lo cual para nuestro caso resulta inviable.

Los ríos Pueblito y Querétaro corresponden a la cuenca Lerma-Chapala, a su vez la pendiente del valle de Querétaro es muy escasa y el sistema de drenaje pluvial de nuestra ZMQ descarga a estos ríos. Un drenaje profundo no encontraría manera de descargar de manera sensata a ningún lugar y tampoco sería posible su uso para recarga de nuestro acuífero, por tratarse de agua contaminada que no ha sido sujeta de ningún tratamiento, ni tampoco sería posible su saneamiento en lapsos tan breves ni manejable su cuantía.

Procurador del Medio Ambiente de Querétaro

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