La semana pasada compartía #DesdeCabina una reflexión acerca del consenso necesario para la integración de esfuerzos encaminados a construir políticas públicas, particularmente la Agenda Estratégica de los Sectores Aeronáutico y Espacial de las Universidades Tecnológicas y Politécnicas 2019-2024 que se lanzó el pasado 15 de octubre en la UNAQ (dejo el link del texto, porque no lo compartí en su momento: http://www.eluniversalqueretaro.mx/content/la-clave-es-el-consenso-agenda-estrategica-aeroespacial-2019-2024).

En este ejercicio, detonado meses antes, se contextualizan la visión y necesidades del sector desde la óptica de uno de los actores, el sector industrial aeronáutico, y se contrasta contra las capacidades de algunas instituciones educativas que hoy forman a los especialistas para el sector, con el objeto de plantear proyectos estratégicos que permitan cerrar esas brechas entre lo que hoy se forma y lo que necesita y ocupará el sector en el mediano y largo plazo. El ejercicio es sumamente enriquecedor -y apenas vamos empezando-.

Este nuevo proyecto para nuestra institución y para mi persona -quiero entenderlo así-, empata perfectamente en la lógica de los emprendimientos organizacionales, corporativos o intraemprendimientos, es decir, buscar cambiar la realidad, innovar, o modificar esquemas, procesos y productos, desde dentro de la organización. Hoy #DesdeCabina, esta en la que estamos por cumplir más de 105,120 hrs de vuelo, quiero traer a la cabina de pasajeros la reflexión sobre la importancia de cambiar la realidad que nos rodea, en concordancia con la organización, en sintonía con la visión y misión de las instituciones. Esto puede llegar a ser tan valioso como el emprendimiento desde cero, al que se aventuran los pequeños empresarios y a quienes tradicionalmente se les llama emprendedores.

Iniciar un cambio desde dentro tiene que ver, al igual que el emprendimiento tradicional, con mucha pasión, mucho cariño por la organización, sea propia o para la que se trabaje, y sin duda alguna, dice también de las persona y organizaciones con particular interés por seguirse reinventando, por moverse fuera de la zona de confort. Sin embargo también tiene que ver con permitir y permitirse cometer errores, con aventurarse a construir consensos, coincidencias en las que muchas veces se tiene que ceder o comprometer el pensamiento y punto de vista particulares para lograr un acuerdo en donde se construya para todos los involucrados, a partir de lo cual se “despegue” a su vez hacia nuevos horizontes.

El intraemprendimiento involucra sin duda un conocimiento profundo de la organización en la que se pretende gestar la innovación, no tiene que ver con destruirla, pero si tiene que ver, en muchas ocasiones, con la autoevaluación, con la autogestión e inclusive con el cuestionamiento del status quo, para que desde la madurez de la introspección, y con el esfuerzo conjunto de los integrantes y líderes de dicha organización, se geste un cambio que permita una mejora interna traducible en una mejora externa, en un nuevo momento para todos los “stakeholders”.

Hoy más que nunca se ocupa el intraemprendimiento en nuestro país, hoy más que nunca estamos llamados a renovarnos y a cuestionar la manera en que estamos haciendo las cosas, hoy más que nunca debemos buscar la construcción de los consensos que destraben ese círculo inquisidor y transitar hacia la construcción y transformación desde dentro, desde las bases, desde los trabajadores, empresarios, maestros, estudiantes y funcionarios; desde los ciudadanos.

Rector de la UNAQ / @Jorge_GVR

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