Esta semana nos pronunciamos a favor de las reformas, adiciones y derogaciones a diversas disposiciones de la Ley General para la Inclusión de las personas con discapacidad, en materia de reconocimiento y protección de los derechos y mejoría de la calidad de vida de las personas, ya que estamos convencidos de que con ellas se marcan directrices claras para contribuir al desarrollo de una sociedad igualitaria. De acuerdo con la clasificación internacional del funcionamiento de la discapacidad y de la salud, se entiende por personas con discapacidad aquellas que tienen una o más deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales y que al interactuar con distintos ambientes del entorno social pueden impedir su participación plena y efectiva en igualdad de condiciones a las demás. Datos arrojados por el INEGI señalan que al menos hasta el año 2010, a nivel nacional las personas que cuentan con algún tipo de discapacidad alcanzan ya la cifra de 5 millones 739 mil 270, lo que representa 5.1% de la población total, de los cuales 49% son hombres y 51% restantes son mujeres. Día con día, además de elevarse dichas cifras, van en aumento los tipos de discapacidad, siendo la limitación de la movilidad la de mayor frecuencia entre la población del país, ya que alrededor de la mitad de las limitaciones declaradas se refieren a caminar o moverse. Estas personas conforman uno de los grupos más marginados y como resultado de ello experimentan las peores situaciones sanitarias, reflejan niveles académicos más bajos, participan menos en la economía y registran tasas de pobreza más altas que las personas sin discapacidades. Sumado a ello, las personas con discapacidad padecen el rechazo de una sociedad que los excluye de ser tratados como seres humanos con los mismos derechos y obligaciones. Si bien hoy en día se han puesto en marcha diversos mecanismos que apuntan a la inclusión de este grupo de personas, lo cierto es debemos seguir impulsando cambios para que se logre un país inclusivo en el que todos podamos vivir una vida de salud, comodidad y dignidad. Ejemplo del esfuerzo y logros obtenidos es la del programa “Toca una obra de arte”, del Museo Nacional de San Carlos, localizado en la Ciudad de México, el cual brinda al visitante ciego o débil visual un acercamiento a diversas reproducciones táctiles de algunas obras que forman parte de su acervo, haciendo uso de algunos otros sentidos como lo son el tacto y el oído; lo anterior, basado en la convención sobre los derechos de las personas con discapacidad de la ONU, que menciona el derecho a la participación en la vida cultural. Asimismo, el distintivo empresa incluyente, el cual busca sensibilizar a las empresas y fomentar su participación en la inclusión laboral de personas en situación de vulnerabilidad. No sólo es necesario crear nuevos espacios que permitan a estas personas vivir los más dignamente posible, sino propiciar una verdadera cultura de respeto hacia ellos, la cual no se logrará sino hasta que todas las personas estemos conscientes de que más allá de una discapacidad física, el problema más grave que afrontan las personas con discapacidad es la falta de respeto por parte de la sociedad en general, que impulsada por la ignorancia agreden a este creciente grupo. Para ello, es necesario implementar mecanismos encaminados a propiciar el desarrollo integral e incluyente de las personas con discapacidad en la sociedad, a través de programas de trabajo que vayan desde educación temprana con la impartición de cursos que muestren a las personas con discapacidad como un ser humano con características distintas pero suficientemente capaces de integrarse a cualquier medio social; hasta la inclusión de las personas con discapacidad en el presupuesto de egresos de la federación y en los estados. Debemos trabajar conjuntamente para que estas personas puedan tener acceso a la educación ya que a partir de ella se logrará un desarrollo profesional que les permita participar activamente en la vida laborar, combatiendo así, la pobreza como característica generalizada de este grupo. Es por ello que las diputadas y los diputados del Grupo Parlamentario del Partido Verde estamos conscientes de la complejidad que implican las labores de inclusión y desarrollo de este grupo vulnerable, tenemos claro que lograrlo no es tarea fácil, pero estamos comprometidos con esta labor para que cada día sean menos las personas que se ven afectadas por la falta de infraestructura y mecanismos eficientes que les permita su total desarrollo.

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