Cuan necesario se hace en estos tiempos el poder soñar para hacer un poco más llevadero el drama de una realidad distinta. Esa imperiosa necesidad del ser humano de salir cuando no es posible o por lo menos recomendable. Más aún cuando no sabemos a ciencia cierta cuándo y cómo podríamos hacerlo con mayor seguridad. Ante el conveniente y necesario confinamiento, la mente nos invita a buscar en  medios como el internet, la televisión, la radio y la lectura, la oportunidad de escapar e involucrarnos en la ilusión de la aventura, deseando que pudiera llegar a ser la nuestra.

La imaginación es una de las vacunas efectivas contra esa ansiedad que nos atrapa cada que se le ocurre en la actualidad. Simplemente darnos la oportunidad de distraernos un rato de todo lo que hoy implica sobrevivir la pandemia es continuar caminando con actitud un trecho largo y difícil. Encontrar la manera de hacerlo nos regala breves momentos de alegría para retomar de nuevo las riendas del deber y del hacer con la fuerza necesaria.

Esta fotografía de un par de barcas en las orillas de la ciudad de Porto, Portugal, ataviada de barricas y de un personaje de marca, que se antoja es el capitán dispuesto a iniciar un recorrido hasta tierras distintas y con la intención de encontrar un anhelado tesoro que no tiene que ver con oro y joyas, sino con la magia de disfrutar la vida, es una manera de regalarnos la posibilidad de soñar y sonreír por ello, en un tiempo donde la felicidad se convierte en un artículo de lujo, que a pesar de ello puede estar muy a la mano en nuestros hogares y en este Querétaro nuevo que deseamos conservar.

*Twitter: @GerardoProal

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