Quienes tendrán mayoría en las bancadas de la LXIV Legislatura federal, adelantan una seria de restricciones administrativas para ahorrar. Bien por la intención. Anticipan que legislarán para reducir las prerrogativas a los partidos políticos. También muy bien. Lo que no aclaran es que cualquier modificación a la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, en materia de prerrogativas, surtirá sus efectos dentro de 3 años y no para el año siguiente. Se aprecia que Ricardo Monreal, virtual coordinador de la bancada de senadores morenistas, bien sea por ignorancia, manipulación mediática u otra acción populista, esconde la verdad. No hay mexicano que no aplauda la reducción de los dineros que reciben los partidos políticos para “sostener sus actividades”, entre ellas, pagar sueldos.

Desde 2014, Morena recibe dinero público y nunca se había quejado. En ese, su primer año se embolsaron 31 745 550 pesos. Para este año les asignaron 414 914 437 pesos para actividades ordinarias; más 207 457 29 pesos para campañas, más otras prerrogativas que a todos los partidos corresponden.

Morena inició su primera elección con apenas el 9.03% de la votación efectiva y empezó a recibir cantidades millonarias, como los demás partidos políticos. Ahora que su votación supera el 50% de la votación efectiva (más de 30 millones de votos) recibirá una suma millonaria estratosférica, si aplicamos las mismas reglas de valoración del voto por voto, en relación que se llama Unidad de Medida y Actualización —UMA— y que tiene el mismo valor del salario mínimo. Rebasará los 3 mil millones en prerrogativas, en dinero efectivo.

Ricardo Monreal adelanta la reforma electoral. No aclara lo que significa la irretroactividad de la ley. Las reglas de aplicación para la asignación de los dineros públicos serán con la ley vigente, con esa se hace la “limpieza de votos nulos, de partidos que no alcanzaron el 3%, de los independientes”, hasta obtener la votación efectiva. De ahí vienen las operaciones matemáticas para obtener el valor de unidad del voto, para multiplicarlo por el número total, hasta obtener el monto a repartir entre todos. Luego distribuir el 30% en partes equitativas entre los partidos que quedan y el 70% restante en proporción al número de votos que cada partido obtuvo en la elección. Por supuesto que tanto el PAN como el PRI verán mermado el monto de las prerrogativas, en tanto que Morena recibirá carretilladas de dinero los próximos 3 años. Después podrán operar las nuevas reglas.

De tal suerte, descartemos la ignorancia de aquellos que festinan la reforma electoral anticipada. La reforma también operará en algunos estados; como en Querétaro, cuya Ley Electoral local simplemente se acoge a las reglas de la Ley General. Así los mismos partidos con registro en el IEEQ reciben un trato semejante, en proporción a los votos de la elección para diputados locales.

Otra sangría más para el erario y el bolsillo de los contribuyentes. Por lo tanto, sin mayor razonamiento, podemos concluir que se trata de una abierta y clara manipulación de la información, lo cual se traduce en acciones populistas, que a su vez se interpreta en la aceptación rasa de la ciudadanía, mas no se comenta lo que recibirán aquellos que se engalanan con la propuesta.

Los morenos evaden comentar sobre los más de 3 mil millones de pesos que estarán recibiendo del INE para el ejercicio fiscal del 2019. Los números no mienten y tanto la Constitución General como la LEGIPE lo confirma. Lo que en otros rubros pretenden como ahorros, en esta materia, literalmente, es un dispendio basado en la ley. Por ello, el PES y Nueva Alianza pretenden aferrarse a una mentira. Eric Flores, por ejemplo, quiso “robarle” votos a Morena, por medio de un recuento para conservar su registro y seguir viviendo del erario público. No obstante, el TEPJF desechó 281 recursos interpuestos por Encuentro Social, por extemporáneos. Se van el PES y otros.

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