La historia del arte está repleta de piezas icónicas que han marcado pautas para la creación y apreciación artística, las razones de su relevancia pueden variar. Hoy me gustaría contarte acerca de dos piezas en específico que se han vuelto íconos por la calidad artística que representan y por los procesos de restauración a las que han sido sometidas.

En 2019, el Museo del Prado, en Madrid, presentó la pintura La Anunciación en la exposición Fra Angelico y los inicios del Renacimiento en Florencia, dicha pieza fue la protagonista de la exposición, esto por la importancia que tiene dentro de la historia del arte, además de su valor estético. El artista y sacerdote Fra Angelico fue un pintor de la primera generación del Renacimiento, a través de su trabajo y el de sus contemporáneos ayudó a asentar las bases artísticas que más tarde serían fundamentales para la pintura renacentista. Otra razón del protagonismo de la obra fue mostrar la reciente restauración de la pintura, dicho proceso fue llevado a cabo por el museo con el apoyo de los amigos del museo —programa de apoyo por parte de personas externas a la organización—. Dicha restauración conllevó la intervención de diferentes especialistas para la recuperación de los colores originales, como para la restauración del ala del ángel.

Anteriormente, ésta sufrió daño debido a que la base de la pintura se desprendió, creando así un quiebre justo en la curvatura del ala, debido a esto la restauración previa se enfocó más en mantener los materiales que en conservar la curvatura. Además de la recuperación de la curvatura original se recobró la vida de  los colores vibrantes de la pintura, haciendo de la obra un trabajo extraordinario de restauración. Cabe mencionar que los procesos a los que se sometió la pieza  fueron hechos por un equipo multidisciplinario que hizo uso de herramientas tecnológicas, que facilitó y ayudó a que la restauración se apegara más a la composición original.

Hay piezas que lamentablemente no pasan por dichos procesos de restauración tan cuidadosos. Tal  fue el caso de la pintura mural Ecce Omo de Borja,  que gracias al poder del Internet se convirtió en un ícono de la restauración moderna y no precisamente por la calidad del trabajo, sino por el gran daño que Cecilia Giménez —encargada de la restauración— causó a la obra. Al no tener conocimientos de restauración borró prácticamente todo el rostro del protagonista de la pintura, forzándola a pintar un rostro desde cero; sin embargo, éste no se parecía en nada al anterior. La noticia de este caso dio la vuelta al mundo, convirtiendo a la pintura en una pieza famosa, por esta razón cientos de personas visitan el pequeño poblado de Borja, en España, para así poder tomarse una fotografía con la pintura y también poder comprar un souvenir de la obra desastrosamente restaurada.

Por esta razón propongo que el arte también es restauración. Esta juega un papel muy importante dentro del arte, se necesita hacer más visibilización de los profesionales de esta rama, ya que al igual que los autores originales, los restauradores dejan una parte de su propio talento en las obras. Pero tú qué opinas, ¿crees que una buena o mala restauración le quita valor a las obras?

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