Con conductas que evocan al medievo, víctimas del miedo, así es como solemos actuar ante lo desconocido; los desatinos de la incertidumbre ponen en evidencia nuestro lado más instintivo.

En días pasados coincidí con el Dr. Baltazar, médico del sector privado, le pregunté qué opinaba sobre las agresiones al personal de salud: “Pues el tema cada vez se está poniendo peor, las agresiones al personal médico creo que son la traducción de la incertidumbre que sentimos todos los mexicanos ante la falta de un plan sanitario real para la emergencia que  estamos viviendo, faltan insumos e infraestructura para hacer frente a tan extraordinario desafío médico, el problema es que el paciente cree que los doctores somos responsables de esto. ¡Por eso no hay que votar con el estómago! cada que puedo les digo”.

“En mi consulta, a pesar de que es privada, —porque ahorita quienes más le están sufriendo son los médicos de instituciones públicas— agregó, han llegado a agredirme verbalmente por casi todo, desde la falta de medicamentos en farmacias —propiamente azitromicina e hidroxicloroquina— hasta porque uno de los pacientes que envié a hacerse la prueba (para detectar Covid-19) resultó positivo y lo retuvieron en el hospital porque empezó con datos de severidad. Como si uno fuera el culpable del contagio”.

¿Cómo es el panorama laboral para un profesional de la salud en este momento? pregunté: “Ahorita tenemos chamba triple: trabajar con material insuficiente, con pacientes sumamente virulentos y contra la ignorancia y discriminación de la gente. Esto se pone feo y el panorama no es alentador. Iniciamos con un sistema sanitario colapsado, con medidas de contención social aplicadas tarde y a medias y con un grupo poblacional mayoritariamente incrédulo y sandio como lo es el ciudadano de a pie”. La charla terminó con con un dejo de tristeza e impotencia.

La BBC conversó con César Flores Mancilla, director General adjunto de quejas del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), compartió que el 6 de abril recibieron cerca de 140 llamadas denunciando actos de discriminación relacionados con Covid-19,  todo en apenas una hora, típicamente es la cantidad de llamadas que reciben en toda una semana de trabajo: “No habíamos tenido hasta ahora experiencia de estas denuncias por discriminación, ni agresiones, ni amenazas ni hostigamiento de personal médico. Es algo totalmente inédito”.

A pesar de todo, también hay historias amables que contar, simples detalles que nos devuelven la esperanza. Veía en Instagram las historias de Joss (@capitanjossm) el más que merecido agradecimiento  que hicieron elementos de Protección Civil de Querétaro y del H. Cuerpo de Bomberos a todo el personal que trabaja en el Hospital General. Con sirenas, códigos y aplausos —que aun sin estar ahí erizan la piel— agradecieron a enfermeras, personal administrativo, doctores, personal de limpieza y guardias de seguridad que todos los días arriesgan su vida en el frente de batalla de esta guerra contra el Covid-19.

Todo mi reconocimiento y admiración a todas y todos los valientes que aun sin el equipo mínimo indispensable siguen al pie del cañón, arriesgando el pellejo, haciendo todo lo que está a su alcance para que esta terrible  tragedia deje menos daño a su paso. 

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