Uno de los grandes males en el país, desde hace varias décadas, radica en la violencia que sistemáticamente se convierte en el día a día de nuestras vidas; se ha normalizado, a tal grado, que complicadas situaciones se han convertido en material de producción para las empresas de entretenimiento, enalteciendo la actividad delincuencial como un elemento digno de ser compartido; inclusive, creando personajes que generan arraigo en los consumidores de ese tipo de producto cinematográfico y televisivo.

Desafortunadamente, la realidad es totalmente contraria a la que se plasma en cualquier  película o serie. Esta visión cambia al momento de verlo en carne propia, el ser testigo del sufrimiento de las familias y ser uno más en la gran lista de indignados que, esperamos que más temprano que tarde, llegue la tan anhelada justicia para aquellos que han sido víctimas del crimen organizado.

Uno de los males más dañinos para la sociedad mexicana es la desaparición forzada, práctica que inició durante la “guerra sucia” perpetrada por el PRI, a finales de los años 60 y principios de los 70, misma que permaneció vigente todavía en el sexenio pasado, donde este acto no solamente se identificó como uno de los métodos para la trata de personas, tráfico de órganos e inclusive, esclavitud.

Hoy, el Gobierno de México que encabeza el compañero presidente Andrés Manuel López Obrador, de la mano de personas como el subsecretario Alejandro Encinas y el Dr. Santiago Nieto Castillo, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, se ha dado a la tarea de asumir como una problemática grave, a nivel nacional, los casos relacionados con desaparición, por ello es que la búsqueda de  los desaparecidos de nuestro país no ha cesado.

Hay cifras que generan una profunda indignación y un escalofrío que recorre todo cuerpo, pero desde el año 2006 han sido identificadas en el territorio nacional más de 4 mil 092 fosas clandestinas y han sido exhumados más de 6 mil 900 cuerpos. Gracias a la colaboración entre la autoridad —y en coordinación con los padres de familia, amigos y familiares de las víctimas—, tan sólo en la administración actual  mil 257 fosas clandestinas han sido descubiertas, al mismo tiempo que 806 cuerpos identificados y 449 fueron entregados a sus familiares.

El arduo trabajo realizado se ha centrado en el combate directo y estratégico al crimen organizado, resultado de ello es la reducción de 72% en el registro de personas desaparecidas y no localizadas, esto respecto al mes de enero y septiembre del año pasado. El mensaje del presidente López Obrador es claro, no hay límite presupuestal para encontrar a todos nuestros desaparecidos y hacer justicia como un asunto prioritario de estado.

¡Vamos juntos y firmes por una justicia que podrá ser no ser inmediata, pero sin duda será implacable!

Google News