La primera vez que se publicó que Gustavo de Hoyos, el aguerrido presidente nacional de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), tenía aspiraciones políticas hacia 2024 fue el 2 de mayo en esta columna.

Para entonces, el líder gremial había tenido reuniones con algunos de los empresarios más importantes del país –muchos a escala regional– quienes le mostraron su respaldo, a pesar de que la estrategia de las cúpulas empresariales era –y sigue siendo– ‘darle por su lado’ al presidente Andrés Manuel López Obrador y tratar de conciliar sus ideologías políticas y económicas con las de los hombres y mujeres que controlan 70% de la riqueza de México.

La premisa de los ultrarricos es que confrontarse con el Presidente les saldría más caro. Es por eso que desde el Consejo Coordinador Empresarial, el Consejo Mexicano de Negocios y a nivel personal el poder económico mexicano ha buscado tender puentes con la Cuarta Transformación en lugar de quemarlos. Así, mientras Carlos Salazar, Antonio del Valle, Carlos Slim, Alberto Baillères, Germán Larrea y Lorenzo Servitje se reúnen con Andrés Manuel López Obrador, Gustavo de Hoyos se consolida como el mayor crítico y contrapeso de la Iniciativa Privada (IP) al gobierno federal.

Tras la publicación de la columna en la que se revelaron sus intenciones políticas, de Hoyos envió un mensaje al columnista: “Ya me hiciste un club de fans para 2024. Gracias”, escribió.

A finales de junio, la revista Proceso lo entrevistó y publicó en su portada que De Hoyos no descartaba competir por la Presidencia en el proceso electoral de 2024. “Quiero ser un buen presidente de la Coparmex hasta el último día y quiero seguir participado en la vida pública del país. No he tomado una decisión de futuro desde dónde lo voy a hacer, pero ni me encarto ni me descarto (para las elecciones presidenciales)”, le dijo al semanario fundado por Julio Scherer García.

Este fin de semana Proceso publicó que De Hoyos encabeza un “Proyecto de nación de largo plazo” alternativo al de Andrés Manuel López Obrador. El objetivo es iniciar el reclutamiento de miles de ‘líderes’ en el país para que, en las elecciones intermedias de 2021 y en el futuro, se integren a la vida política y logren recuperar algunos de los cargos políticos arrebatados por Morena en las elecciones estatales, legislativas y por supuesto la Presidencia.

El proyecto de la Coparmex se denomina “Alternativa por México” y busca reclutar a cerca de 6 mil 600 ciudadanos de los que surgirían al menos mil 320 líderes. El aliado estratégico de De Hoyos es el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, cuya Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno dirige el exsecretario de Gobernación con Felipe Calderón, Alejandro Poiré, quien recientemente también reclutó al exsecretario de Hacienda de AMLO, Carlos Urzúa.

El presidente del Tecnológico de Monterrey es el empresario José Antonio Fernández Carvajal, El Diablo, quien lidera el Grupo de los 10 de Nuevo León y quien además de estar enfrentado con el jefe de la Oficina de la Presidencia de la República, Alfonso Romo, es el único de los multimillonarios mexicanos que no ha presenciado una sola de las reuniones con Andrés Manuel López Obrador.

La mancuerna De Hoyos-Fernández Carvajal, impulsores del nuevo proyecto “Alternativa por México”, tiene otros alcances, como la creación de nuevas organizaciones civiles y mediáticas que hagan contrapesos al gobierno de la Cuarta Transformación.

La organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, que preside Claudio X. González Guajardo –quien también tuvo o tiene aspiraciones políticas–, es uno de los ejemplos de lo que planean hacer el Diablo y de Hoyos con la creación de nuevos medios de comunicación dedicados a escudriñar, de forma profesional y periodística, las decisiones del poder político y económico, con énfasis en el que encabeza López Obrador.

El nombramiento de Juan Pardinas como director editorial del periódico Reforma, ligado a Claudio X González y a otros grandes empresarios que se comprometieron a respaldar financieramente al grupo de origen regiomontano frente al veto publicitario del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, también corre sobre ese vía.

Y también en esa línea camina la creación del colectivo #NoMásDerroches que busca frenar obras como la ampliación de la base aérea de Santa Lucía y la refinería de Dos Bocas.

“No se trata de un frente común improvisado: detrás de él está el más férreo crítico de los organismos gremiales, quien se prepara para buscar una candidatura en el 2024: Gustavo de Hoyos, presidente de la Coparmex. Otros empresarios visibles son algunos del Consejo Mexicano de Negocios, particularmente Claudio X. González, cuyo hijo preside la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, una de las integrantes del colectivo”, publicó esta columna el pasado 5 de junio.

De Hoyos dejará la presidencia de la Coparmex en diciembre para encabezar, abiertamente, el nuevo proyecto de nación que respaldan muchos de los empresarios que comieron la semana pasada con el Presidente, en la que le prometieron no llevarse su dinero al extranjero.

El contraproyecto de Gustavo de Hoyos y El Diablo Fernández está en marcha.

Sempra: Pelosi no, Conesa sí

En su entrevista con la revista Proceso, el exsecretario de Hacienda, Carlos Urzúa, dijo que Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara de Representantes en Estados Unidos, es integrante del Consejo de Administración de Sempra Energy, cuya filial en México, IEnova, ha resentido los embates de la Cuarta Transformación vía el director de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett.

Si bien Pelosi ha estado relacionada al sector energético, no figura en el Consejo de Sempra. El mexicano que sí es consejero y accionista de la empresa estadounidense es el director de Aeroméxico, Andrés Conesa, cercanísimo al grupo del exsecretario de Hacienda, Luis Videgaray, y quien no tiene la mejor relación con los secretarios de Turismo, Miguel Torruco, ni de Javier Jiménez Espriú, de Comunicaciones y Transportes.

Un amigo suyo, Abraham Zamora, es el director de Relaciones Institucionales de IEnova, que preside Carlos Ruíz Sacristán. ¿Será que el director general de la CFE tiene algo personal y por eso quiere imponer arbitrajes internacionales por dos contratos de gasoductos que suman más de 2 mil 500 millones de dólares de inversiones?

@MarioMal

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