¿Por qué es tan complicado contratar gente joven para puestos de tomas de decisiones? ¿Qué expectativas tienen los altos directivos de esta nueva generación? ¿Cuáles son las habilidades esperadas por los empresarios? Son preguntas que abren una conversación necesaria entre la población juvenil y los grupos empresariales para saber cómo enfrentar y sobre todo cómo explicar este fenómeno generacional en el entorno laboral.

En la actualidad hay cuatro generaciones compartiendo e interactuando en el mercado laboral, por un lado están los jóvenes que necesitan tiempo para sus ‘hobbies’ y por el otro encontramos a adultos que organizan su vida alrededor del trabajo, se trata esto de una ¿Guerra generacional?

Las cuatro generaciones que conviven en el trabajo se pueden distinguir entre los tradicionalistas, nacidos hasta 1945; los Baby Boomers, nacidos entre 1946 y 1963; la Generación X, nacidos entre 1964 y 1979 y la Generación Y, nacidos a partir de 1980.

Todas convergen y cada una tiene una manera distinta de comunicarse, y más allá de los adjetivos que surgen de una generación a otra, la solución está en alcanzar un balance que permita incorporar los procedimientos tradicionales y la creatividad hacia un ambiente laboral saludable.

El respeto y la consideración mutua permitirán resolver problemas, la empatía será la clave para entender el entorno en el que creció cada una de las generaciones y descubrir cuáles son sus expectativas, todas  de ellas válidas, ¿Por qué no?

Entender que lo que para nuestros padres, tíos o abuelos era importante, como la antigüedad de un empleo, las prestaciones, la subordinación y esperar el anhelado retiro, no lo es para los jóvenes, que ante la sed de retos esperan un trabajo que les permita tomar decisiones, que fomente las relaciones sociales, que les brinde oportunidades de aprendizaje y crecimiento,  y   flexibilidad temporal y espacial.

Miedo a la rotación, qué es eso, hoy los jóvenes se insertan al mundo laboral hablando un idioma diferente, el cual las empresas están llamadas a entender para no convertirse en muros jerárquicos o de procedimientos, no porque un joven decida tener un “descanso digital” y revisar su Facebook significa que sea un desobligado; se trata de nuevas formas de interactuar, negarse a ello sería perderse la oportunidad de aprender de esta generación.

De acuerdo a la encuesta #Millenial2018 realizada por la firma Deloitte para los jóvenes lo más importante para elegir un empleador es en primer lugar la remuneración económica, cultura de trabajo positiva, flexibilidad, programas e incentivos para el bienestar, diversidad e inclusión y oportunidades para hacer voluntariado. Ante este contexto lo que se necesita es una colaboración intergeneracional para alcanzar los objetivos de los mercados, es prudente ir desmitificando las creencias que existen respecto a la juventud y atender sus peticiones, ya que ante el panorama futuro es indispensable incorporarlos y garantizar su crecimiento en las corporaciones.

Secretario de la Juventud 
 @rzballesteros

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