Una de las noticias más relevantes de los últimos días en el sector petrolero fue la contratación que la multinacional Shell hizo de los servicios de la plataforma La Muralla IV de la empresa mexicana Grupo R, para realizar exploración en aguas profundas en el Golfo de México. Lo es porque tiene un efecto de carambola de tres bandas.

En primer lugar, Shell cumple con el contenido nacional; en segundo, Grupo R reactiva uno de sus principales equipos que estaban en stand by —ya que para la 4T la explotación de aguas profundas está descartada en este sexenio— y se encarrila a su internacionalización; y en tercero, se manda un mensaje positivo para la economía nacional en un momento de redefinición de prioridades en el sector petrolero por parte del Gobierno Federal.

La ampliación del contenido nacional de Shell se da en su actividad vinculada a la producción de petróleo, fundamental en su portafolio de negocios de 2020, en cumplimiento a los contratos que logró en la ronda 2.4 de licitaciones petroleras, donde obtuvo la mayor superficie de exploración en México, con 11 bloques adjudicados que tienen un área de más de 20 mil kilómetros cuadrados.

Para Grupo R implica en una primera instancia un reconocimiento a la calidad de las tareas de producción que ha realizado a lo largo de cinco décadas en el sector petrolero nacional. Sin embargo, uno de los aspectos más sobresalientes es que se suma a otros contratos con los que se está configurando la plataforma de despegue de la firma de capital mexicano, que preside Ramiro Garza Vargas, hacia uno de sus principales objetivos: la internacionalización.

En enero pasado, ya Grupo R dio la primera campanada en sus planes de ampliación al anunciar la llegada de la Plataforma Cantarell III que prestará servicios de perforación marina y logística a la argentina Hokchi Energy, subsidiaria de la Panamerican Energy, que logró contratos frente al litoral de Tabasco. Las actividades inician en marzo de 2020 y se espera que duren poco más de dos años.

Una semana después, Grupo R anunció la contratación por parte de Shell México de la plataforma semisumergible de perforación para aguas profundas La Muralla IV, convenio parteaguas en el mercado energético mexicano al ser el primero con esas dimensiones y características en el que una de las llamadas Big Oil se hace de los servicios de una empresa cien por ciento mexicana.

El acuerdo logrado estima que los trabajos arranquen en agosto de 2020, inicialmente con tres pozos, pero con opción a extender la campaña de perforación. El escenario óptimo es que llegue a tener una duración de aproximadamente dos años.

En esa ruta, la firma mexicana que lidera Ramiro Garza Vargas está dando otro paso estratégico: el de satisfacer los requerimientos de dos tipos de clientes de alta relevancia. Por un lado Pemex, la enorme empresa productiva del Estado y eje central de la política energética nacional, y por el otro las multinacionales, que demandan altos estándares de seguridad y eficiencia.

Fractura a la IP jalisciense plan antiAMLO

Los movimientos subterráneos en el empresariado jalisciense para ponerse a salvo de la 4T, con la que han perdido privilegios y los negocios que sostenían históricamente con el gobierno federal, están generando ya las primeras fracturas.

A algunos no ha gustado el tono de conspiración en contra de AMLO que han tomado las reuniones para llevar a Pablo Lemus a la Gubernatura de Jalisco en el 2024.

La desbandada inició, y ya existen algunos empresarios y ex líderes de cúpulas empresariales, de un ala no tan dura, que pintaron su raya y prefieren apoyar al gobernador Enrique Alfaro y el candidato que de ahí se desprenda, en lugar de ir por el boicot del Lopezobradorismo.

Como parte de esa jugada, el miércoles de esta semana se le ofreció una comida a Lemus en casa de José María Andrés Villalobos, líder del proyecto turístico en Chalacatepec, el “Cancún jalisciense” para refrendar que él es ‘el proyecto’.

Aunque la reunión fue poco concurrida, pues muchos cancelaron de última hora, el ánimo no decayó. Se rechazó que Lemus sea un advenedizo en la política por venir de la iniciativa privada. Y se reflexionó sobre el hecho de que ir por la Gubernatura no es tarea sencilla: “Sin duda nosotros somos los mejores para hacerla (dicha tarea). Los mejores en términos de sector. Y no es a través de terceros como vamos a lograr el objetivo que estamos buscando”, dijeron.

Aunque ahora no estuvieron algunas de las grandes figuras, llamó la atención que sentado a la derecha de Pablo Lemus, estuviera sentado Gregorio González Gutiérrez, ex presidente de la Asociación de Bancos de Jalisco y actual Director Regional Occidente de Banco del Bajío. Otros de los asistentes destacados fueron Manuel Herrera Vega, ex líder nacional de los industriales en el sexenio de Enrique Peña Nieto (su hermana, Geraldine es diputada federal por MC); José Luis Covarrubias Valenzuela; Abraham González Uyeda, ex subsecretario de Gobernación con el extinto Juan Camilo Mouriño; Luis Fernando Pérez Aguayo, ex presidente de Coparmex Jalisco; Tomás López Miranda y Mauro Jiménez, ex dirigente del Consejo Agropecuario de Jalisco.

Este es el segundo acto de promoción del proyecto político de la cúpula jalisciense en el que se cerraron filas para dejar de apoyar a candidatos de otros partidos e imponer a uno de los suyos como candidato a Gobernador.

El primer acto en el que se cerraron filas de esta manera sucedió el 20 de noviembre pasado, en un salón del Hotel NH de la Plaza Punto Sao Paulo, sobre avenida Américas, en la que llaman el área financiera de la ciudad. Entre unos 30 asistentes, se congregaron algunos de los hombres de negocios más importantes del estado.

Luis Germán Cárcoba, ex presidente del CCE; Carlos Álvarez del Castillo, dueño de El Informador; Aurelio López Rocha, del World Trade Center, en el área de negocios de logística para importación y exportación. Los hermanos Raymundo y Armando Gómez Flores, propietarios, entre otras empresas, del consorcio inmobiliario GIG. Raymundo es padrino de registro del actual gobernador y ha sido su mentor político desde el inicio de su carrera.

Juan José “Chez” Herrejón Hernández, de Tierra y Armonía, una de las inmobiliarias insignia en la entidad, tío del gobernador, pues su esposa es Beatriz Eugenia Alfaro. En 2019 se le entregó la medalla al mérito industrial, con la que se le reconoció haber construido más de 100 desarrollos, 40 mil unidades y generado empleo anual a más de 10 mil personas los últimos 40 años. José Manuel Gómez Vázquez Aldana, arquitecto, de gran prestigio internacional. A través de su despacho Gomez Vazquez International (GVI) ha desarrollado grandes obras a nivel local y en diversas partes del mundo.

Eduardo Leaño Espinosa, de la familia propietarios de la Universidad Autónoma de Guadalajara y de diversos desarrollos inmobiliarios, así como José Luis González Íñigo, para muchos la autoridad moral del empresariado y cercano al jefe de la oficina de la Presidencia, Alfonso Romo. La reunión, convocada días antes por el Consejo Consultivo para la Innovación, Crecimiento y Desarrollo Sustentable (Coincydes), dirigido por Salvador César de Anda Molina tenía oficialmente como objeto, igual que la de antier, cerrar filas en torno al actual alcalde de Zapopan, Pablo Lemus Navarro, aunque puede que algunos asistentes no lo supieran pero ese fue el objetivo primordial.

En el gobierno federal hay una centralización “muy fuerte”, se quejó Lemus ese día, para luego hacer una crítica al gobierno de López Obrador en temas como seguridad, salud y economía.
Sobre el gobernador Enrique Alfaro dijo que hay una relación respetuosa. ¿Por qué lo dijo? Porque en esos días se dio un enfrentamiento entre Alfaro Ramírez y Lemus Navarro, incluso se publicó que el alcalde había buscado una entrevista con la dirigente nacional en funciones de Morena, Yeidckol Polevnsky para negociar su postulación por Morena en 2024.

Al espaldarazo el joven alcalde correspondió a los asistentes (la mayoría con conexiones en el negocio inmobiliario) con una invitación a atender las oportunidades que se generarán en cuanto a desarrollos inmobiliarios se refiere con las obras del Peribus. Con la comida de antier no hay lugar a dudas. Un ala del empresariado jalisciense apuesta por colocar a uno de los suyos en el despacho de Casa Jalisco en 2024. ¿Por cuál partido? Eso es lo de menos.

Han lanzado anzuelos en el PAN, en MC y en Morena, e incluso hay quien refiere que como parte del plan B de las cúpulas, éstas dieron instrucciones a Lemus de apoyar a Pedro Kumamoto con la formación del nuevo partido estatal Futuro.

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