Desde su fundación en aquel ya lejano 8 de julio de 1950, nuestros queridos Gallos Blancos han
pasado por innumerables crisis, mutaciones, desapariciones, cambios de dueños, en fin, han sido
68 años de tener en la mayoría del tiempo el viento en contra.
Eso sin lugar a dudas lo hace un equipo diferente, unos colores que cuando te los tatúas en la piel
y el corazón son imborrables; entre muchas tristezas y problemas nos has hecho entender lo que
es la alegría y la amistad, mas allá de todo lo malo que ha pasado o pueda pasar, sabemos que
siempre se podrá superar.
Más allá de no contar con tantas glorias deportivas a lo largo de estos 68 años, la adversidad ha
hecho que este equipo se haya ganado el respeto dentro y fuera de la cancha, donde su
inigualable afición no se esconde durante las tormentas, esos que siempre serán más grandes que
algunos que se quieren disfrazar de salvadores de nuestra historia; las ambiciones ajenas, nunca
podrán superar nuestra gran identidad. Sin lugar a dudas esta gente que cada día crece en
cantidad y compromiso, es y será siempre su mayor protagonista; esa que muchos o pocos no
podrá entender, esa que poco le importa lo que piensen o digan los demás.
Ya pronto regresaremos todos a las tribunas de nuestro hermoso Estadio Corregidora, a nuestra
casa, a ese fantástico punto de encuentro donde vivimos como nadie tus batallas en el campo;
pronto también, sacrificaremos cosas de todo tipo, para viajar por la geografía del futbol mexicano
y seguirte acompañando durante otro nuevo año de historias, con un sentido de pertenencia
inquebrantable.
Gracias Gallos Blancos por hacerme sentir esta pasión y este gran orgullo, ese que siento cada vez
que veo tu escudo, tu camiseta y tus colores; sé que no soy el único.
Gracias por tantos momentos vividos que serán inolvidables… gracias, por tanto.
La Frase.
“La gente se identifica con los jugadores por lo que dejan, por lo que entregan, en lo futbolístico y
en lo humano, entonces eso a mí me llena de orgullo. Voy varias veces a Querétaro, ya como
jugador retirado, y ver el mural, ver cómo te quiere la gente es algo muy emocionante. Al retirarte
es lo único que queda, los recuerdos y que te vean como buena persona más allá de un simple
futbolista. Cada vez que voy a Querétaro me emociono y me siento muy representado con el club,
con la ciudad, con todo; y sigo informado de lo que pasa con el club, sé cómo van, el progreso que
ha tenido y es un amor mutuo que a la fecha sigue creciendo”
Mauro Néstor Gerk.

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