Conforme a la ley, los partidos políticos son entidades que tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida democrática, y de esta manera, contribuir a que funcione el sistema político, tienen una importante vinculación con la democracia representativa y contribuyen a la integración de los órganos de representación política.

Otra de las funciones principales de los partidos políticos es que sus programas estén articulados con las demandas sociales y de esta manera participar en el diseño y elaboración de la agenda de políticas públicas, en su aplicación y evaluación.

Los partidos políticos no solamente tienen que contribuir para lograr que una iniciativa sea aprobada, sino que deben contribuir en el respaldo de los ciudadanos al quehacer gubernamental y en la construcción de la gobernabilidad (governance) del régimen político.

Para lograr esta gobernabilidad del país, es necesario que los gobiernos tengan la posibilidad de contar con un instrumento alternativo para gobernar en coalición fijando políticas públicas. Que los coaligados se comprometan a apoyar las políticas públicas que necesite el país.

Según la definición de la Enciclopedia Italiana elaborada por el politólogo Gianfranco Pasquino, la gobernabilidad es la existencia de un conjunto de condiciones sociales, económicas y políticas que hacen posible gobernar a un país.

La gobernabilidad es definida también como el conjunto de estabilidad política y eficacia decisoria, es decir, la capacidad de un sistema político de presentarse como estable y dar soluciones eficaces. Esa estabilidad también depende de los partidos políticos, que coadyuven en la estabilidad del régimen y de la democracia, que tengan la sensibilidad de representar las demandas sociales y hacerlas parte de sus programas de acción.

Con la gobernabilidad hay eficacia en las decisiones, hay mecanismos estructurales que traducen en forma apropiada las demandas sociales con la participación de ciudadanos y organizaciones sociales. Después esas demandas se convierten en decisiones políticas.

El columnista Luis Rubio opina que “hoy tenemos frente a nosotros…una situación caótica…es decir, una crisis de gobernabilidad…” y continua, “hay un problema de legitimidad. Aproximadamente una tercera parte del electorado no reconoce la legitimidad de los resultados electorales.”

Para algunos partidos la respuesta para lograr la gobernabilidad está en la posible conformación de un “frente amplio opositor”, este sería una coalición electoral con el único fin de ganar una elección, lo que no genera garantía de estabilidad. Un gobierno de coalición permite la construcción de un sistema estable de alianzas entre fuerzas políticas y entre Poderes, con el objetivo de fortalecer y darle eficacia al funcionamiento del Estado, de procesar diferencias y las discrepancias naturales que implica la pluralidad, así como dotar tanto al Ejecutivo como al Legislativo de una nueva capacidad de conducción de las innovaciones y transformaciones que requiere el país.

Las coaliciones electorales las conforman los partidos políticos para vencer a otro en las elecciones, lo que acuerdan en campaña no lo cumplen en el gobierno, por lo tanto no generan estabilidad. Esta no es la respuesta para la gobernabilidad.

En el artículo 89 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos tenemos el fundamento para los gobiernos de coalición y de esa manera fortalecer al Estado mexicano, sin embargo, es importante y necesario que el Congreso legisle la forma de integrar los alcances y sanciones de los gobiernos de coalición.

El reto es grande sin lugar a dudas, lograr confianza y certidumbre de la población con el fin de fortalecer desde el sistema político la democracia y que los mexicanos tengamos un país con gobernabilidad y estabilidad.

Ex presidente municipal de Querétaro y ex legislador federal y local.
@ Chucho_RH

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