Una primera mitad que inició de forma pareja, cuando a los once minutos Toño Valencia pone un centro al área, en la que el arquero escarlata deja para que Javier Ybarra mande el balón al fondo de las redes, desafortunadamente tras la revisión en el VAR, el central no dio como válida una anotación clarísima. Minutos después, tras otra revisión, se marcó la pena máxima en favor de la escuadra queretana, que definió de gran forma Ángel Sepulveda.

Desafortunadamente a los treinta minutos, caerían el gol del empate y el de la voltereta a favor de los locales, en dos graves desatenciones de marcación de la zaga.

Así terminaría el primer tiempo, en el que los plumíferos —literalmente— se cayeron en los últimos quince minutos.

Tras veinte minutos muy cerrados entre ambos equipos, otra tibia marca por parte de la defensiva queretana, dio como consecuencia el tercer gol de los toluqueños.
Confiamos que Pity Altamirano, trabaje arduamente para corregir los errores y también, en la falta de actitud de algunos de sus pupilos.

Adalid: Mejor retírate. Tras una larga telenovela, en la que acusó racismo por parte de la Comisión de Arbitraje, este domingo Adalid Maganda protagonizó uno de los más lamentables papelones que a muchos nos haya tocado ver en un arbitraje de un partido de futbol profesional.

Primero “el silbante” anuló un gol legítimo a Gallos Blancos, tras minutos de revisar la clara anotación en el VAR, minutos después no marcó una pena máxima en favor de los queretanos, una vez mas revisó la acción, y esta vez, sí corrigió su segundo error; para la parte complementaria, dejó otra vez de marcar una mano dentro del área toluqueña, que de igual forma reviso, y solo él no vio la clara infracción; ya de el largo tiempo que tardó en revisar las jugadas, mejor ni hablamos.

Al margen de su poca personalidad y enorme incapacidad, resulta que los “errores” solamente afectaron a los emplumados; da mucha vergüenza y frustración, que el futbol mexicano tenga esta clase “silbantes”, y peor aún, que en algún momento se le diera otra oportunidad. No es nada personal, pero ojalá no lo volvamos a ver jamás en ninguna cancha de futbol.

La Frase. “El árbitro es arbitrario por definición. Éste es el abominable tirano que ejerce su dictadura sin oposición posible y el ampuloso verdugo que ejecuta su poder absoluto con gestos de ópera”, Eduardo Galeano.

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