El triunfo de Gallos sobre Cruz Azul, es de esos que aún se siguen saboreando por muchas razones. Primero porque le pegó a uno de los llamados grandes del futbol mexicano que ostentaba en esos momentos el superliderato  de la Liga MX y a un tris de clasificar a la Liguilla; segundo porque a los emplumados los mantiene en zona de clasificación a falta de cuatro jornadas para que concluya la fase regular y tercero —que creo es muy importante— fue que en casa esta victoria les permite volver a hacerse respetar en el Corregidora, pues no fue fácil doblegar a una Máquina plagada de figuras que venía con gafete de favorito por el simple hecho de que en el presente  torneo se distinguió por llevar la batuta de la tabla general.

Los goles de Camilo Sanvezzo con asistencia de Edson Puch y de Marcel Ruiz quien sólo firmó el pase de Everaldo Stum, capitalizados en un minuto y ya cuando el partido pintaba para un empate a roscas,  la verdad a los queretanos les supo a gloria en un pletórico estadio Corregidora.

Ahora bien, el encuentro resultó interesante, con un Cruz Azul dominador con claras opciones de gol, pero enfrente tuvo a un imponente Tiago Volpi que una vez más fue factor en favor de su equipo, aunque Gallos supo ordenarse y por momentos jugarle de tú a tú a los Cementeros, y también fabricó jugadas que pusieron a trabajar horas extras a Chuy Corona.

El duelo ya era de porteros y  al final quien  levantó los brazos fue el brasileño, pues Corona nada pudo hacer para evitar el doble daño, los parpadeos de su defensa en los últimos minutos  fueron lamentables. La volvieron a cruzazulear.

Rafa Puente esta vez le ganó y bien la partida a Pedro Caixinha; la entrada de Puch y Stum dieron resultado, pues Gallos se vio más incisivo, el estratega sabía que se estaba jugando el todo por el todo,  porque para las aspiraciones que tiene el equipo de regresar a una Liguilla tras seis torneos cortos con nada de nada, aquí no había de otra que echar toda la carne al asador y ese movimiento de piezas al final tuvo su recompensa, tres puntos más que llevan a Gallos a 19 unidades para mantenerse entre los mejores ocho de la clasificación general.

Mientras que a Caixinha, le pudo en el fondo esta caída primero  porque su equipo volvió a esa inercia de no saber controlar los partidos en los minutos finales; segundo porque pierden el superliderato y su clasificación se alargará una o dos jornadas más y tercero porque en el Corregidora sufrió nueva derrota.

En fin, la victoria de Gallos sirvió para dos cosas: meterle una dolorosa zancadilla a Cruz Azul, en triunfo que reviste y que motiva para seguir adelante;  la segunda es que a los emplumados aún con altibajos, les permite seguir en la lucha seria  por uno de los ocho boletos a la Fiesta Grande.

Y es que a los de casa les restan cuatro complicadísimos encuentros, con 12 puntos en disputa de los cuales, insisto, con siete que logren, bien podrán conseguir su objetivo, ya que detrás de ellos viene un tráfico importante de rivales que persiguen lo mismo.

De entrada el próximo domingo visitarán al Toluca herido y todavía  más peligroso por su caída ante Monterrey 2-1; enseguida regresan al Corregidora para hacerle los honores, con cambio de día y horario una vez más, a Santos de Torreón el domingo 4 de noviembre a las 16:00 horas; en la fecha 16 visitarán al Veracruz el viernes 9 de ese mes; luego viene nuevo descanso por las fechas FIFA y duelos del Tri (17 y 20) ante Argentina, por lo que será hasta el sábado 24 de noviembre cuando los Gallos cierren el Apertura 2018 recibiendo al Necaxa, a las 17:00 horas.

Ya con calculadora en mano, esos siete puntos que requiere Gallos para llegar al número mágico 26, los podrá lograr si empata con Toluca, aunque motivados pueden ir hasta por la victoria; le gana a Santos, y va y vence a Veracruz, con eso estarían del otro lado y al cierre con Necaxa, desde luego tendrían que salir airosos para conseguir un mejor lugar entre los ocho clasificados. Bueno así son las matemáticas, todo está en que Gallos las aplique.

Hasta la próxima.

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