Los procesos sociopolíticos en México tienen puntos de cruce y similitudes con las competencias y mercantilización de futbol: por ejemplo cada 12 años coincide la elección de Presidente(a) de la República con un Mundial de Futbol: 1994, 2006 y 2018 fueron los tres momentos “concurrentes” más recientes.

Sin embargo, este año 2022 tiene similitudes y paralelismos con 2006 en lo que respecta con procesos políticos y el futbol de México.

La consulta de revocación de mandato, establecida con base en la ley para el domingo 10 de abril, y el reciente sorteo de grupos para la Copa del Mundo Qatar 2022 para la selección nacional, llevan a establecer posibles análisis y recuperar algunos datos.

Contrastar los nombres de jugadores que representan al país ahora, a nivel de selección de futbol, con el equipo de 2006 y las últimas tres Copas del Mundo hacen que emerja una palabra más que urgente para contrarrestar “la mafia” del futbol mexicano: la renovación.

Los nombres de Andrés Guardado y Guillermo Ochoa están ahora, como estuvieron en la lista de Ricardo Antonio La Volpe, técnico argentino, en 2006.

Si revisa las coincidencias de más nombres de futbolistas ese año y 2010 con ahora, podría ver a Jesús Corona, Gerardo Torrado (ahora como directivo), más otros casos que ante la crisis de juego en cancha, ridículos que han hecho en partidos contra selecciones de Concacaf en el mismo Azteca, llevan a la pregunta: ¿dónde está la renovación?

Los parecidos o datos no terminan ahí: al igual que en 2006, cuando una selección europea de prefijo “Po” nos tocó como rival en la fase de grupos (Portugal), en 2022 tocará el turno a Polonia.

En la arena política, el 2006 fue un año que puso en entredicho la credibilidad del máximo órgano electoral del país, en particular por las críticas hacia las decisiones y el actuar del entonces consejero presidente. Dieciséis años después, dos de los consejeros del ahora INE generan polémica no solo por sus declaraciones públicas y pleito con el Ejecutivo federal, sino sobre todo por su actuar que no corresponden al de un árbitro.

Mientras en 2006 se empezaba a escuchar la posibilidad de incorporar figuras de participación ciudadana, porque el entonces candidato de la coalición PRD, Movimiento Ciudadano y PT a la Presidencia, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), prometía repetir los ejercicios de consulta o plebiscito que había realizado en su etapa como Jefe de Gobierno del Distrito Federal (D.F.); en 2022 tenemos la consulta de revocación en 7 días.

El hoy presidente, eterno candidato a la Presidencia por coaliciones de izquierda, pudo dar la vuelta a la narrativa del “peligro para México”, a ser el centro de la narrativa que busca posicionar “la transformación”.

Dieciséis años después, protagonistas e integrantes de la elite política permanecen vigentes como servidores públicos o en la arena mediática: además del propio López Obrador, Jefe de Estado aunque por los discursos pareciera mantenerse como candidato, también están Germán Martínez Cázares, Claudia Sheinbaum, Felipe Calderón, Manuel Barttlet, Horacio Duarte, Jesús Zambrano, entre otros.

Igual que en julio de 2006, medios de comunicación publicarán información de ubicación de casillas, así como polémica por funcionarios del gobierno federal para incentivar la participación.

Como ciudadana o ciudadano, debe saber que hay certeza jurídica base para la consulta de revocación y tres posibles acciones: votar a favor del Sí para el Presidente, votar por el no, o quedarse en su domicilio convencido de no ir a la consulta. Futbol y política en México, 2022: entre la renovación y la revocación.

Periodista y profesor de la UAQ

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