Las fotografías son un elemento simbólico en la vida de miles de personas, para dejar constancia y recordar momentos significativos e inolvidables, instantes únicos e irrepetibles, o agradecer la compañía de alguien muy valioso (a).

Durante generaciones hemos aprendido a enmarcar las imágenes capturadas, con el propósito de darle un sentido a un momento de nuestra existencia, u otorgarle una función decorativa en el hogar, cuarto u oficina.

La Comunicación Política no es ajena a estos rituales o elementos de la cultura. Está impregnada de símbolos en el discurso y en los hechos de integrantes de la clase política, pero también de imágenes, videos y spots propios de campañas y procesos específicos.

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y sus seguidores (as), simpatizantes o incondicionales, como usted los quiera denominar o reconocer, han construido y posicionado una narrativa, por lo menos desde 2004, en que las marchas en que miles participan en avenidas de la capital generan altas dosis de emoción y sentimientos, con fotos para enmarcar la trayectoria y el avance popular del hoy Jefe de Estado.

Las manifestaciones, marchas y concentraciones a favor de López Obrador, primero como Jefe de Gobierno, después como candidato a la Presidencia y ahora como Presidente, son parte de un ritual que tiene al Zócalo como una especie de “templo” y elemento significativo.

Pero también lo han sido, en menor frecuencia por supuesto, las marchas de miles de ciudadanas y ciudadanos que están en desacuerdo con el tabasqueño. Así, a finales de junio de 2004 salieron a protestar contra la inseguridad, y lo hicieron el domingo 13 de noviembre por Paseo de la Reforma y las inmediaciones del Monumento a la Revolución, para visibilizar el enojo contra la iniciativa de reforma electoral (“en defensa del INE” fue la consigna).

José Woldenberg, presidente del Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE) de 1996 a mediados 2003, fue el orador. Lideró a más de 400 mil personas que llenaron cuadras del Paseo de la Reforma, de acuerdo con cálculos de plataformas digitales de Google.

Hoy, domingo 27 de septiembre, el Presidente y quienes respaldan a su gobierno o a él, caminarán por las calles del primer cuadro Ciudad de México para concluir en el Zócalo.

¿Presencia de “acarreados” y “clientelas”? Habrá una cantidad de personas, seguramente… como las hubo en la del domingo 13 de noviembre gracias al respaldo de dirigencias nacionales de los partidos políticos PAN, PRI y PRD.

Sin embargo, el porcentaje de personas “acarreadas” no será mayoría, como tampoco lo fue el domingo 13. Hay que entender y permitir las distintas expresiones e ideas en la vía pública. En ambas marchas (domingos 13 y 27 de noviembre), la mayoría de asistentes va por propia convicción, decisión e ideas personales.

Al Presidente se le pueden criticar decenas de cosas en su actuar, pero a la oposición y sus detractores les falta comprender, con casi 4 años del sexenio, esos elementos simbólicos y culturales que llevan a personas de estados donde Morena no gobierna un solo municipio (Querétaro por ejemplo) a viajar cientos de kilómetros en apoyo a López Obrador.
Ciclistas alzan la voz y evidencian a autoridades de Querétaro

Jueves 24 de noviembre. “Viaducto Poniente” del municipio de Querétaro. La foto enmarca el momento, horas antes de la tragedia: muerte del ciclista Leopoldo Ramírez. El señor yace en el suelo, con mirada de reclamo hacia el cofre del tráiler cuyo conductor lo atropelló y provocó, primero, lesiones en una pierna. Después, la muerte.

Ciclistas marcharon y reclamaron, en protesta por lo ocurrido con don Leopoldo. Exhibieron la cerrazón en Centro Cívico, y la problemática de movilidad que sufren.

Periodista y profesor de la UAQ

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