El 29 de septiembre, con 445 votos a favor, 8 en contra y 33 abstenciones, la cámara de diputados aprobó eliminar el llamado “horario de verano”. Esta resolución aún debe pasar al Senado para su aprobación definitiva.

El horario de verano fue introducido por el gobierno de Ernesto Zedillo, en 1996, imitando la misma política que han seguido desde hace mucho, los países del norte. Sólo por citar dos ejemplos, el horario de verano fue introducido en Italia desde 1916 y en España desde 1901.

Un horario de verano tiene sentido para países que están muy al norte o muy al sur. Por ejemplo, países que están arriba del paralelo 40 norte (prácticamente toda Europa, Canadá, una parte sustancial de los Estados Unidos y la mayor parte de Asia) o abajo del paralelo 40 sur (en este caso sólo casi toda Argentina y casi todo Chile).

En los países que están fuera de ese rango se oscurece más temprano o tarda más en amanecer, por lo que el cambio de hora tiene sentido con el fin de ahorrar consumo de energía eléctrica y aprovechar más la luz solar.

Por ejemplo, el año pasado, Italia ahorró, por el horario legal, 420 millones de kWh (cantidad con la que se podrían cubrir las necesidades anuales de medio millón de personas).

En cambio, en México el ahorro, en 2021, fue de sólo 537 GWh, lo que equivale apenas al 0.16 por ciento del consumo nacional, generando un ahorro económico de apenas mil 138 millones de pesos.

La medida del cambio de hora tenía sentido a principios del siglo pasado, cuando fue introducida. Sin embargo, cada vez es más cuestionada, incluso en Europa. Por ejemplo, Ricardo Izurzun, portavoz del área de energía y cambio climático de Ecologistas en Acción (EA), de España, ha señalado que “cambiar de hora podría tener sentido hace 40 o 50 años, cuando la iluminación representaba un consumo importante de energía”. Y tiene razón. Con la tecnología LED para focos, hoy el consumo por iluminación ha disminuido notablemente.

En 2018 la Comisión Europea llevó a cabo una consulta sobre mantener o no el horario  con el resultado de que 84% de los consultados se mostraron a favor de abolir el cambio de horario, y sólo 16% votó a favor de que se mantuviera.

Incluso en 2019, el Parlamento Europeo aprobó poner fin al horario de verano con 410 votos a favor, 192 en contra y 52 abstenciones. Sin embargo, la lentitud burocrática de la Unión Europea aún no concreta esa medida pedida por la misma ciudadanía.

En México ya lo hicimos. 
 Académico de la UAQ. anbapu05@yahoo.com.mx

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