Un elemento muy importante para mantener la estabilidad y la armonía familiar consiste en llevar una buena administración de nuestras finanzas. Después de que vivimos lo más agudo de la pandemia, la economía de muchos hogares se vio afectada y se encuentra en proceso de recuperación; por lo que lo más conveniente es planear los gastos, revisar cuáles son las prioridades y establecer las metas familiares en materia económica para el siguiente año. Ello para evitar la cuesta de enero.

Muchos conflictos familiares tienen su origen en una administración financiera irresponsable o poco meditada. Sin moderación. A nadie nos gusta sentirnos limitados en el tema del dinero,  pero construir un futuro estable no se da por casualidad. Hay que planear, hacer algunos sacrificios y seguir una ruta que, a la larga, nos de paz económica.

Lo importante es cubrir las necesidades de la familia y mantener finanzas sanas para evitar apuros durante el siguiente año, porque independientemente de si nuestros ingresos son muchos o pocos, lo más inteligente es buscar un equilibrio entre lo que recibimos, lo que gastamos y lo que ahorramos, para detonar un crecimiento económico que nos permita vivir con tranquilidad.

Para definir un uso racional de los recursos, en primer lugar, tenemos que tener muy presente cuánto ingresamos y cuánto gastamos. Es decir, tenemos que ser conscientes de los gastos que hacemos, para priorizar conforme a nuestras necesidades.

Lo segundo es optimizar el gasto. Para sanar nuestras finanzas, debemos evitar compras innecesarias, reflexionar y ser responsables; porque, especialmente en estas épocas decembrinas, es fácil excederse en la compra de artículos que no vamos a necesitar el resto del año. Claro que es importante pasar bien estas fechas, organizar una cena familiar y convivir con los nuestros, pero siempre con disciplina. Evitemos hacer compras compulsivas por las ofertas de fin de temporada, porque el hecho de que nos ofrezcan algún artículo en rebaja no necesariamente implica que debamos comprarlo, especialmente si son cosas superfluas o de lujo que no van a mejorar nuestra calidad de vida. Aprovechemos las rebajas pero para comprar cosas necesarias.

Otro tema importante es evitar deudas excesivas. Muchas veces para construir algo es necesario endeudarse, como por ejemplo para tener una casa o un automóvil; pero muchas veces las deudas se adquieren para cosas que no necesitamos, que no son prioritarias y que van mermando nuestros ingresos. Si tenemos un recurso extra en fin de año, como puede ser el aguinaldo, hay que tratar de pagar las deudas adquiridas que usualmente son caras y hagamos un uso responsable de las tarjetas de crédito.

Finalmente, tenemos que planear como usar posibles ingresos extras como el aguinaldo. Quien tiene la fortuna de tener estos recursos a fin de año debe recordar que no son un regalo navideño, es dinero que te ganaste con esfuerzo y no podemos desperdiciarlo. Úsalo de forma inteligente para construir un futuro de tranquilidad. Lo mejor es destinarlo para pagar deudas, ahorrar, adquirir un seguro de gastos médicos o adelantar pagos que sabemos vamos a realizar durante el año como colegiaturas o predial.

La Navidad es una temporada para disfrutar con quienes más queremos, para compartir y para fortalecer nuestra alegría de vivir y nuestra esperanza; y qué mejor regalo podemos ofrecer que alcanzar una vida económica estable con orden, disciplina y constancia, para construir la tranquilidad familiar.

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