El inicio de esta semana se vio enmarcado con la atroz noticia del feminicidio de una mujer más en la Ciudad de México. Una muerte que además de violenta, es totalmente desgarradora para quienes vivimos en esta capital, ya que su deceso, es el resultado de las malas políticas públicas implementadas sobre los feminicidios, además de la impunidad con la que se vive en nuestro país.

La violencia que vivimos las mujeres es cada día más alarmante, en la mayoría de los casos inicia con bromas hirientes, chantajes y puede culminar en violaciones, mutilaciones y en su forma más extrema: el feminicidio. Parece increíble que un hombre pueda decidir matar a sangre fría a su pareja sentimental, desollarla, descuartizarla y arrojarla al drenaje, sin que alguien pueda hacer algo para detenerlo, sin embargo, en nuestro país cada día se están agravando más este tipo de conductas.

Durante el 2019, fueron víctimas del delito de feminicidio 1,006 mujeres, cien casos más que los reportados el año anterior. Estas mexicanas hoy ya no pueden abrazar a sus familias, ver crecer a sus hijos, reír con sus compañeros de clase o soñar con una vida mejor. Para colmo, nuestras autoridades las revictimizan, filtrando imágenes y videos que además de cosificarnos, muestran la insensibilidad de quienes están a cargo de la investigación y en lugar de resguardar las evidencias de un crimen, difunden la violencia con la que estamos siendo ultrajadas.

Lo más lamentable es que al titular del ejecutivo federal pareciera que no le importa que estemos siendo violentadas, ya que como pudimos ver, en su primera reacción a principios de esta semana, se disgustó cuando le preguntaron respecto al tema del feminicidio, seguramente porque estropeaba su discurso del día y los pormenores sobre la rifa del avión presidencial. Parece que al primer mandatario le importa más la venta de “cachitos” de la Lotería Nacional e invitar a empresarios a cenar para que compren sus boletos, que incluir en su agenda de trabajo programas de atención y prevención contra la violencia de género. El día de ayer, ante la presión social, se pronunció en contra del feminicidio, sin embargo, esperábamos que su escala de prioridades fuera distinta. Las 63.7 millones de mujeres que vivimos en México, no esperamos del Presidente de la República rifas ni tómbolas, esperamos seguridad, sanciones a los responsables, no revictimización, en estricto sentido, las mujeres exigimos justicia.

El Comité para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer de la Organización de las Naciones Unidas, señaló que en México hay un uso generalizado de la violencia por razón de género contra las mujeres y las niñas, especialmente el uso de feminicidio. Esto tan importante para el mundo, no puede ser soslayado por el primer mandatario de este país, quien fue electo para resolver la inseguridad y no para rifar un avión que, por cierto, ni entregado será.

La cuarta transformación no se podrá entender nunca si no mejora la vida de las mujeres, sus circunstancias sociales, su poder económico, su poder decisor, su salud, su educación y todo aquello que las haga desarrollarse plenamente como seres humanos. Si esto no sucede en esta 4T, entonces, quedará claro que las rifas es lo más importante para este gobierno. Lamentable sin duda.

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