El problema no es jurídico. Mienten. Es de imagenología. Porque le ensucia la imagen al gobierno. Y le restaría voto femenino para el inminente 2021. Por eso la quieren eliminar del diccionario.

A ver, las cosas por su nombre: ningún gobierno ha mostrado tantas limitaciones y deformaciones en el ejercicio del lenguaje: desde el fúchila, guácala, al fuchi caca, para llegar al momento de la confusión total con ese galimatías lamentable del fiscal Gertz Manero al “argumentar” su iniciativa de eliminar el tipo penal del feminicidio y redefinirlo como un “agravante del homicidio”: “no quiero desaparecer el feminicidio, sino facilitar su investigación. Este delito debiéramos de hacerlo mucho más sencillo para proteger a las víctimas; para darles mayor empoderamiento en defensa de su vulnerabilidad; lo ideal sería homologarlo”.

Luego sigue con otra joya: “Lo que estamos haciendo es visibilizar un problema grave, estableciendo que hay un grupo muy delicado de seres humanos a los que hay que proteger; que el delito no está suficientemente claro para hacer la defensa, porque en los homicidios no tenemos ese aumento en los homicidios (sic) y en los feminicidios sí”.

Después de quejarse —signo de la 4T— de los medios de comunicación que han malinterpretado sus declaraciones, puso la cereza al pastel: “Uno de los puntos propuestos es que ‘el homicidio en contra de una mujer’ (así define al feminicidio) alcance las penas más altas, de 40 a 70 años de prisión”.

Solo tres preguntas: ¿si el feminicidio es tan difícil de tipificar y visibilizar, cómo sabrán cuándo sería agravante de homicidio? Si no saben distinguir, ¿cómo reconoce la Fiscalía que los homicidios no han aumentado y los feminicidios sí? ¿Por qué cree el sonriente y burlón fiscal que los medios somos idiotas?

Ya los legisladores, sobre todo las legisladoras —hasta las de Morena— han respondido que una iniciativa tan absurda, inoportuna y mal planteada no pasará. Que el fiscal debiera contener el delito en lugar de desaparecerlo artificiosamente. Porque en el colmo de la incongruencia, la propia fiscalía ha admitido que en los últimos años el feminicidio ha crecido 137%, “pero la tipicidad de este ilícito ha obstaculizado la justicia. Por ello la propuesta de agilizar los procedimientos legales para salvaguardar a las mujeres”.

Otras preguntas: ¿cómo rayos explica el fiscal el crecimiento desbordado del feminicidio si no lo puede tipificar? Y ¿de veras cree que metiendo ese delito en un berenjenal jurídico va a “agilizar la defensa de las mujeres”?

Por ello, el rechazo ante la pobreza argumental ha sido cuasi unánime. No se trata, como ha dicho el presidente, de una campaña contra el Sr. Gertz Manero, quien, por cierto, le acaba de entregar un cheque por 2 mil millones de pesos que son —casualmente— los mismos que se requieren para pagar los premios de la rifa que no es rifa del avión presidencial.

Aquí se trata de una postura sólida, sintetizada en el siguiente comunicado: “La Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres se pronuncia a favor de que el feminicidio continúe como delito contemplado en la legislación mexicana; se persiga, investigue y castigue, de acuerdo con los estándares más altos en la materia”.

Además, la sospecha de que los feminicidios en este gobierno pueden ser potenciales enemigos de Morena en el 21, porque más de la mitad de los votantes serán mujeres. Muy probablemente agraviadas.

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