Este 10 de mayo, festejamos a las mujeres por su papel de madres. Es un día de fiesta en el que se enaltece el amor incondicional, el amor abnegado hacia los hijos y por ende hacia la familia. Se nos considera el ente aglutinador de la célula más importante de la sociedad.

Hoy, por medio de estas líneas quiero festejar a las mujeres-madres, pero a las rebeldes, a las insumisas, a las que enfrentan al sistema que nos domina y que con todo en contra se mantienen de pie buscando justicia para ellas y para las otras; para las que interpelan al poder inspiradas en el amor por sus hijas e hijos y los hijos de las demás.

En especial dedico esta entrega, a todas aquellas mujeres-madres que buscan incansablemente, que buscando se encontraron con el dolor de las otras que buscaban también, a esas fuertes mujeres para quienes la palabra resignación no se encuentra en su vocabulario. Vaya un sencillo pero sentido homenaje para las que cuando encontraron a sus hijas o hijos, no dejaron de buscar porque entendieron que faltando la hija o hijo de una, faltaban los de todas.

En un país que siembra cuerpos y cosecha impunidad y desesperación, esas mujeres-madres se vuelven imprescindibles.

Las cuestionadoras; las indoblegables; las que enfrentan las injusticias del sistema guardando un momento su propio dolor; las que rompen el silencio alzando su voz por ellas y por las demás; las que caminando dejan huella buscando los pasos de los ausentes; las incansables.

Según el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas 2018, (RNPED); desde 2007 a la fecha, 33 mil 993 personas han desaparecido en nuestro país, lo que significa igual número de madres, esposas, hermanas o hijas, buscando a sus familiares queridos. En Querétaro la página oficial de la Fiscalía General del Estado de Querétaro reporta 166 fichas de personas desaparecidas. En este día de aparente festejo, hay decenas de madres queretanas buscando a sus hijos y luchando contra el sistema por encontrarlos con vida.

Prohibido olvidar a todas aquellas mujeres-madres que se han convertido en ejemplo de resistencia y rebeldía, nombrarlas a todas sería necesario.

Marisela Escobedo Ortiz, asesinada el 16 de diciembre de 2010 por los mismos sicarios que asesinaron a su hija en Chihuahua. El motivo: buscar, cuando la autoridad no lo hacía, y contra todo pronóstico encontrar el cuerpo de su hija Rubí Marisol Frayre Escobedo secuestrada y asesinada en agosto de 2008.

Miriam Elizabeth Rodríguez Martínez asesinada en Tamaulipas, el 10 de mayo de 2017. El motivo: buscar a su hija Karen Salinas Rodríguez secuestrada en 2012, encontrar su cuerpo en una fosa clandestina, convertirse en activista y seguir buscando a las hijas de las otras madres incansables.

El doloroso caso de las madres de los 43 normalistas de Ayotzinapa, desaparecidos el 26 de octubre de 2014 en Iguala, Guerrero; a 43 meses de la desaparición forzada de los estudiantes, ellas siguen buscando.

El caso de una de ellas: Ella se llamaba Minerva Bello Guerrero, su rostro en extremo delgado, su mirada firme pero permanentemente triste reflejaba la búsqueda interminable y la eterna espera. Madre de Everardo Rodríguez Bello llevaba en su corazón su propia tristeza multiplicada por 43, murió el 4 de febrero del presente año, combatiendo el cáncer y la impunidad de un gobierno corrupto e insensible. Murió sin saber el paradero de su hijo.

Tantas historias que se podrían escribir de mujeres que no se rinden, que siguen buscando y con ello cuestionando al sistema.

“Quiero volver a escuchar su voz, volver a abrazarlo, quiero que se haga justicia”, palabras de una de las madres de los 43, que bien podrían ser las palabras de cualquiera de esas fuertes mujeres que sin descanso buscan justicia.

Por ellas, por nuestro país, en este día de las madres deseo que sea un día de romper el silencio en contra del abuso, la corrupción y la impunidad.

Presidenta de Desarrollo Comunitario para la Transformación Social, A.C.

Google News