Como hemos apuntado, el federalismo es un proceso dinámico y con distintas fórmulas en su diseño de configuración.

En Argentina —como en general en América Latina— se ha visto una gran divergencia entre la ley y su aplicación.

Apuntan algunos doctrinarios, la decadencia del Estado de derecho afectó especialmente el funcionamiento del sistema republicano de gobierno y el federalismo, y su debilitamiento es una de las expresiones del subdesarrollo cultural, político y jurídico.

Su Constitución estableció una forma federal de Estado, pero ello no impidió un proceso de centralización del país en torno al área metropolitana de Buenos Aires y a un predominio del gobierno nacional.

Con el restablecimiento de la democracia, a partir de 1983 avanzó el ejercicio de las autonomías provinciales y municipales y se modernizó el derecho público a través de las reformas de las Constituciones provinciales, de la sanción de cartas orgánicas municipales y finalmente de la reforma de la Constitución nacional. Allí está la mayor fortaleza del proceso federal argentino.

En la reforma constitucional de 1994 se impulsó la descentralización del poder al ahondar en los principios federales, reconocer la autonomía municipal y otorgar un estatus especial a la ciudad autónoma de Buenos Aires.

Asimismo, se establecieron las bases para impulsar el desarrollo de regiones, provincias y municipios en los procesos de integración tanto nacional como supranacional, en el contexto del mundo globalizado en el que estamos insertos.

Varios expertos opinan que las debilidades residen en que no se supera la dependencia económica, financiera, política y social de las provincias con respecto al gobierno federal.

En la campaña que lo llevó a la Presidencia, Alberto Fernández destacó, como temas principales, el endeudamiento, la inflación, el federalismo, la justicia, etc. Sin embargo, ante la emergencia del coronavirus, su visión sobre lo político, lo social y lo internacional resulta clave.

Algunos articulistas, opinan que la celeridad, intensidad y variedad de acciones emprendidas cuando se hizo evidente la pandemia, permitió que Fernández colocara el papel del Estado en el centro de sus medidas. Ahora bien, en tiempos de catástrofes en todos los países, con gobiernos de derecha o de izquierda, suman o ejercen sus funciones con características de centralismo.

Ante la situación mundial actual, especialmente de América Latina, sobran razones y evidencias para seguir analizando el sistema federal.

Exlegislador federal y local. @Chucho_RH

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