¿Qué significa educar una persona? Al tratar de responder a esta pregunta, me veo obligado en recurrir a formulaciones un poco abstractas, pero con un poco de paciencia se constatará que no se trata de cosas extrañas a la vida.

Hagamos un esfuerzo de fantasía e imaginemos: que por causa de un accidente aéreo caemos en una isla perdida en el océano. ¿Cuáles son nuestras primeras preocupaciones, nuestras primeras preguntas con el impacto físico con la realidad?

Nos preguntamos: ¿dónde estoy?, ¿esta isla estará nutrida o desértica?, ¿estaré solo o me encontraré con otras personas?, ¿cómo me recibirán, como amigo o como enemigo?, ¿cuál será el clima?, ¿ será mejor que haga todo lo posible para salir de inmediato de ese lugar, corriendo el riesgo de morir o mejor considerar un poco las cosas con calma?

En el fondo son tres las preguntas base:  ¿dónde he caído?,  ¿cómo seré acogido?,  ¿cuánto tiempo permaneceré ahí?

Todo esto es una metáfora de aquello que es la historia de toda persona humana que viene a la existencia, una metáfora del evento que funda toda nuestra historia: el evento de nuestrallegada a este mundo.

El niño se encuentra en este mundo y se pregunta: ¿dónde he caído?, ¿cómo seré acogido? ¿cuánto tiempo permaneceré en este lugar?

La  educación consiste en ayudar al niño a responder a estas preguntas introduciéndolo así en la realidad. Pero quiero ser más específico.

He hablado de “impacto con la realidad”, en la metáfora que he utilizado. Pero ¿qué quiere decir “impacto con la realidad”?

Existe un impacto simplemente físico y es el impacto dominado del “criterio del placer”.  Por ejemplo, si tu tocas un comal caliente, retiras la mano inmediatamente: se ha tenido un impacto físico con la realidad.

Pero el hombre no sólo tiene el impacto físico con la realidad.  Tiene un impacto también espiritual. Es aquello que le lleva a ponerse preguntas como: ¿dónde he caído?, ¿he caído en un lugar donde vivir es un bien, es bello o donde vivir en un mal, es algo feo? ¿cómo seré acogido, con un bienvenido o como alguien no deseado, como un don o como un peso?

¿Cuánto tiempo permaneceré en este lugar? ¿Esta será mi demora definitiva o bien sólo estoy de paso y debo esperar otra demora?

Es un impacto con la realidad mucho más profundo. Este impacto es la experiencia humana.

La experiencia humana originaria de la que hago referencia es el encuentro con la realidad, guiada por la pregunta de la verdad, de bondad, de belleza, que demora inestiguiblemente en el corazón humano.

Educar  significa precisamente guiar la persona en su impacto espiritual con la realidad, es decir conducirla a vivir humanamente la propia experiencia humana.

Pero si reflexionamos sobre las tres preguntas antes mencionadas (dónde, cómo, cuánto tiempo), veremos que en el fondo nacen de una sola cuestión: si al origen de todo lo que me sucede y de mi mismo ser está el acto supremo de inteligencia y de amor.

En una palabra: ¿cuál es el rostro de nuestro destino?, ¿estamos aquí por casualidad?, ¿vivimos por casualidad y morimos como si no hubiéramos existido o estamos en todo momento en los brazos de un amor, de un destino que tiene el Rostro de una persona que nos ama?

Esta experiencia nos lleva a constatar que no existe algo más grande que la educación de una persona humana.

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