Muchos, entre los que me incluyo, pensábamos que, faltando tres semanas para iniciar, cambiar la sede de la 4a edición de la Feria Aeroespacial México (Famex) 2021, a celebrarse inicialmente en el Aeropuerto Intercontinental de Querétaro y pasarla a su sede habitual en la Base Aérea No. 1 en Santa Lucia Estado de México, podría resultar catastrófico. Por fortuna nos equivocamos.

Si bien, la premura del cambio de sede puede explicar algunos detalles en el arranque y desarrollo de esta 4a edición, debido adicionalmente a la infraestructura totalmente renovada con la que hoy cuenta la Base Aérea de Santa Lucia, también es de reconocer la capacidad de organización y gestión que tiene la Secretaría de la Defensa Nacional a través de la Fuerza Aérea Mexicana.

La inauguración, los expositores, los Foros de Inversión, de Educación Aeroespacial y Cumbre de Rectores, por mencionar algunos eventos dentro de la feria, probablemente no tuvieron la dimensión e impacto que muchos esperábamos para esta edición, pero sin duda cumplieron cabalmente el objetivo dentro del programa general del evento.

Es de resaltar, sustantivamente hablando, que los eventos de índole académico en verdad lograron su cometido. La presentación de la Agenda Estratégica de los Sectores Aeronáutico y Espacial de las Instituciones de Educación Superior, por ejemplo, logró congregar a autoridades educativas de nivel federal, a titulares de grandes universidades e institutos que, con mucha diligencia y profesionalismo, participaron durante casi un año en la integración de este documento estratégico para el sector, y que se dieron cita en el marco de la 2a edición del encuentro de rectores, para entre otras cosas, concluir que “La Agenda” pudiera transitar con la ayuda de la triple hélice, a convertirse en un instrumento de política pública nacional. Esta conclusión para un servidor, #DesdeCabina, es un gran logro y sobre todo un reconocimiento al trabajo de los más de 60 expertos técnicos de 31 Instituciones educativas.

Para las organizaciones empresariales como la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial (FEMIA) o los clústeres aeronáuticos de las diversas regiones, el encuentro más que necesario dio cuenta de ese gran ecosistema, de esa gran familia que la triple hélice, se ha empeñado concienzuda y apasionadamente en integrar y en la que la milicia de nuestro país, encabezadas por la Fuerza Aérea Mexicana a través de la Famex con sus ya cuatro ediciones (empezando desde 2015), ha logrado congregar.

En los pasillos, en las salas de conferencias, en los stands y majestuosos pabellones, los asistentes que nos congregamos la semana pasada, pudimos constatar, que la industria esta más viva que nunca, que la pasión y compromiso se han fortalecido, porque quienes sobrevivimos a la pandemia -que sigue haciendo de las suyas en el mundo-, comprendemos con claridad que esta condición mundial con gran impacto económico, nos ha dejado pérdidas sí, pero también grandes aprendizajes; que ha fortalecido nuestra resiliencia, y que, en lo individual y colectivo ha dejado de manifiesto que la industria, la feria, las instituciones, la triple hélice en lo general, tienen quien vele por ellas, y aún con grandes ausentes pero con muchos presentes, hay ángeles entre nosotros. Mi recuerdo y gratitud eterna para esos ángeles.

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