Con solidaridad para todos los profesores, administrativos, estudiantes y egresados de la Universidad

El principal responsable o irresponsable, según usted lo quiera ver, de que la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) vaya a tener su presupuesto más bajo en los últimos 20 años, por lo menos en cuanto a recursos estatales se refiere, es el gobernador Francisco Domínguez Servién.

Si bien en los hechos los artífices de semejante decisión fueron los 13 diputados locales del PAN en la sesión del Pleno de la LVIII Legislatura, correspondiente al viernes 8 de diciembre de 2017, al votar en contra de otorgar un presupuesto cercano al 3% para la UAQ, la “idea” o instrucción provino del Palacio de Gobierno. Los diputados locales no se mandan solos para estos asuntos.

O si consideramos los refranes populares, el “titiritero” no habita o se encuentra en la sede legislativa ubicada en la calle Fray Luis de León.

Como se trata de recorte a la educación pública, sería una ofensa hablar de “autor intelectual” de esta decisión, porque lo que aprobaron los diputados del PAN va en contra de la razón y la lógica de buscar una mejor sociedad, o de generar más y mejores oportunidades para los jóvenes y los adolescentes del estado. Además, el adjetivo “intelectual” les queda muy grande o está lejos de alcanzarlo la mayoría de los diputados locales e integrantes de la clase política estatal.

El conocido “diputado número 26”, como lo han admitido y mencionado ex legisladores que han sido parte del Poder Legislativo, utilizó su influencia y el presupuesto aprobado en sesión de Pleno del viernes 8 corresponde a los deseos e intereses del Ejecutivo.

Los 13 diputados locales del PAN menospreciaron e hicieron caso omiso a los valientes estudiantes y miembros de la comunidad universitaria que fueron a exigir, gritar y pelear por un presupuesto justo para la Universidad, desde la fría mañana de este viernes.

Así, se consumaron una traición y la falta de palabra de Domínguez Servién. Traicionó a su Alma máter —recuerde amable lector, que el mandatario es egresado de veterinaria por la Máxima Casa de Estudios— y a los miles de integrantes que conformamos la comunidad universitaria, a la sociedad queretana y a decenas de colaboradores y miembros del gobierno que encabeza, egresados de un programa académico de la Universidad.

Me pregunto qué pasó y pasará por la mente de todos aquellos egresados de la Universidad y que son parte del equipo de trabajo en la Secretaría de Gobierno estatal, en las diferentes dependencias y secretarías del Poder Ejecutivo, o que trabajan con alguno de los 13 diputados locales que votaron a favor de otorgar el presupuesto más bajo para la Universidad en 20 años.

Dudo que se sientan orgullosos de la decisión o que les haya dado satisfacción. Para mis amigos y amigas egresados de la Universidad que laboran en distintas áreas de Comunicación Social o prensa, vinculadas con el Ejecutivo estatal, o que son parte de los equipos de trabajo de diputados locales como Luis Antonio Rangel o Eric Salas, muchos universitarios agradeceríamos que les manifestaran personalmente la inconformidad y el enojo por esta decisión —de menos un regaño—.

Los nombres y los rostros de Eric Salas González, Antonio Zapata Guerrero, María del Carmen Zúñiga Hernández, Luis Antonio Rangel Méndez, Juan Luis Íñiguez Hernández, Luis Gerardo Ángeles Herrera, Atalí Sofía Rangel Ortiz, Daesy Alvorada Hinojosa Rosas, Leticia Rubio Montes, Roberto Carlos Cabrera Valencia, José González Ruiz, Aydé Espinoza González y Verónica Hernández Flores los tendremos muy presentes los integrantes de la comunidad universitaria y nuestras familias, porque cometieron una irresponsabilidad al otorgar solamente 1.5% de presupuesto a la Universidad.

También le cerraron la puerta y la oportunidad de educación pública a cientos de jóvenes en el mediano plazo. Esas familias que verán interrumpidas las posibilidades o las trayectorias escolares de sus hijos, primos o sobrinos, tendrán presentes los nombres de estos 13 diputados locales, el del gobernador y el partido político al que representan.

Aunque los diputados panistas quedaron bien con el “jefe”, posibilitaron que sus palabras no se cumplieran, porque en vez de que se ufane de que la Universidad tenga el presupuesto “más alto” en su historia, gracias a ellos tendrá el más bajo en 20 años. Traición y falta de palabra.

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