“Los líderes serán aquellos que impulsen a otros” 
Bill Gates

En días pasados, se dio a conocer un listado de varias personas de diferentes partidos con aspiraciones para dirigir a sus institutos. Como ya lo hemos comentado, los partidos políticos en México no están pasando por su mejor momento, principalmente porque carecen de credibilidad, muchos de sus miembros han cambiado de instituto político en más de una ocasión en busca de un cargo o una posición política, las más de las veces para obtener un beneficio personal. Se les reconoce cierta influencia, para bien o para mal, pero no son líderes.

Tener liderazgo no es fácil. La persona que es líder genera respeto, tiene experiencia, fortaleza emocional, habilidad para el trato con las personas, disciplina, visión, inercia, oportunidad, etc. Muchos de los valores que participan en el liderazgo son intangibles. Es por ello que los líderes requieren tanta maduración para ser eficaces.

El liderazgo requiere planificación y una capacidad para ejecutar lo planeado. Mientras más grande es la organización, es preciso que el líder mire hacia adelante con más claridad. La capacidad de hacer una correcta planeación unida con una visión clara transmite seguridad y confianza a los miembros del equipo.

El liderazgo político no surge de la nada, se enseña, se aprende, se desarrolla. Por lo tanto el líder político se educa, se forma y su personalidad destaca principalmente en coyunturas especiales, tales como situaciones de crisis política.

La prudencia es una de las cualidades más importante por ser un saber acerca de la vida y que debiera ser un hábito para el líder político gracias a su práctica constante.

La prudencia es para un buen dirigente político una forma de ser, de ver y vivir la vida. A ella se llega por medio de mesura, la reflexión, la escucha la modestia.

No podemos llamar “líder” a una persona cuyo ego es mayor que el interés público, a quien descalifica acciones a favor de la población y las califica de oportunismo político que trata de dañarlo a él.

El líder asume riesgos para resolver problemas, encuentra soluciones, afronta las consecuencias de un posible fracaso, pues no busca ser popular. Además posee visión de largo plazo, y entiende las necesidades de sus seguidores. Por sí solo, el conocimiento no hace al líder; pero sin él, nunca podrá serlo. No se desarrolla confianza hablando de ella. El líder tiene que inspirar respeto tomando decisiones sólidas, admitiendo sus errores y colocando a sus seguidores por encima de sus intereses personales.

El líder en la actualidad es inclusivo y diverso, aprovecha la tecnología, impulsa la innovación, fomenta el bienestar colectivo, cree en el éxito a través de la colaboración, evita los reflectores, construye un gran equipo. No cree en las jerarquías, comparte el éxito.

En el liderazgo no caben los políticos que quieren ejercer poder absoluto a través del temor y la violencia pues quienes así se comportan generalmente no persiguen fines lícitos, sino centran su ambición personal en el deseo desmedido de poseer.

Es deseable que los partidos políticos modifiquen sus designaciones en las dirigencias y estén abiertos a procesos inclusivos y democráticos y que hagan propuesta de acuerdo a las demandas ciudadanas para que sean atractivos a la población.

No hay que perder de vista que en esta época, el líder se enfrenta a nuevos retos. Este período de pandemia, ha implicado para todos un proceso de resiliencia, de forjar carácter y, sobretodo, de externar a todos los colaboradores esa motivación para generar una actitud de perseverancia y optimismo ante cualquier adversidad.

El líder crea confianza para construir juntos esta nueva forma de vida, muestra genuina preocupación por su entorno, es auténtico, comunica mucho y genera empatía, la capacidad de sentir como propias las sensaciones que otro está sintiendo.

Expresidente municipal de Querétaro y ex legislador. @Chucho_RH

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